El pequeño pueblo isleño Santa María se encuentra casi en las ruinas, para mejorar sus condiciones, sus habitantes buscan que una compañía empacadora de pescado construya una planta en el pueblo que les de empleo. Sin embargo, para concretar el trato deben conseguir un doctor que se quede permanentemente en el pueblo y para lograrlo, Germán ingeniará un plan para engañar a un joven doctor para hacerle creer que Santa María es un lugar perfecto hecho justo para él.

Le Grand Séduction es una película canadiense que acaba de cumplir 20 años y que en ese tiempo ya ha sido adaptada en dos ocasiones en Estados Unidos y Francia, así que es de esas películas que por alguna razón desconocida, deben tener una versión en cada país y ahora fue turno de México de tener su propia adaptación que llegó a Netflix esta semana y no podíamos dejar pasar la oportunidad de comentarla. ¿Qué tiene esta historia que a muchos les ha parecido tan valioso para seguirla contando a lo largo de tiempo y en diferentes contextos?

Pues para empezar hay que decir que si lo consideramos desde una perspectiva artística, no hay nada en lo absoluto en La Gran Seducción que valga la pena replicar tantas veces, pero desde un punto de vista de negocios, es más que claro por qué una historia tan genérica y de un mensaje tan simple es capaz de mantenerse vigente y sigue siendo del agrado de el público que no busca más que entretenimiento. ¿Pero como lo logra? Pues ya lo dice su título, es una gran seducción, porque debajo de su aparente honestidad se encuentra prácticamente vacía, pero su carisma es tan gran grande que el público cae rendido y no se preocupa por intentar ver debajo de la superficie.

¿Y eso es malo? Pues no, porque ante todo permanece como una película inofensiva. Claro, quiere hacernos creer que tiene un mensaje motivador genuino sobre la importancia de pertenecer a una comunidad, de la solidaridad y un montón de otros conceptos que desde los primeros minutos uno ya sabe muy bien hacia donde van a parar, pero es que tampoco nunca nos prometió que sería una verdadera crítica social que exploraría las formas desesperadas que comunidades de escasos recursos deben de tomar para seguir adelante. Entonces no se le puede criticar por lo que nunca intento ser.

Puede que las intenciones del director Celso R. García hayan sido totalmente nobles, pero incluso de ser así es obvio que para él lo más importante era como se ejecutaría la historia y no la historia en sí, es por eso que elegir a alguien como Memo Villegas para ser el protagonista resulta ser la mejor decisión hecha para la película, pues su interpretación es mucho más completa y carismática de lo que su personaje realmente ofrece en papel. Además rodeado de personas como Héctor Jiménez, Eligio Meléndez, Julio Casado, Mercedes Hernández, Yalitzia Aparicia y Pierre Louis, hay interacciones extremadamente divertidas y una que otra emocionales. El verdadero corazón de la película se encuentra aquí, porque sin este excelente grupo de actores que elevan el material, La Gran Seducción no sería nada seductora.

Un gran ejemplo de que siempre es más importante el como que el que, La Gran Seducción no le va a enseñar nada a nadie aunque finja que ese es uno de sus principales propósitos, no le va a cambiar la vida a nadie y no va a motivar a nadie a nada. O tal vez sí, uno nunca sabe, pero lo que si se puede asegurar es que si lo que se busca es pasar un buen rato en familia el fin de semana, en este momento no hay mejor opción que esta cinta.

Dirección: Celso R. García
Guion: Luciana Herrera Caso, Samara Ibrahim y Celso R. García
Elenco: Memo Villegas, Pierre Louis, Yalitza Aparicio, Héctor Jiménez, Eligio Meléndez, Julio Casado, Mercedes Hernández y Ariadnalí de la Peña

Deja un comentario

Descubre más desde CineMedios

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo