Guerra Civil | Reseña

La división política siempre ha estado muy presente, cada quien se declara de un bando y lo defiende a morir como si de verdad fuera a ganar algo de ello. Conforme avanza el tiempo es notable que los bandos que hemos elegido, dígase partidos políticos, no son muy diferentes unos a otros y por lo tanto las diferencias no son ni siquiera ideológicas, son de quien sabe que. Y aunque las razones son vagas, las peleas son bastante reales y en fechas de elección su peso es mucho mayor porque el destino del país está en juego (de hecho este año gran parte del mundo está en elecciones) y parece que no hay bando que piense en siquiera ceder un poco de lo que el lado contrario exige. ¿Hasta dónde pueden llegar estas peleas? Esa es la base de Guerra Civil, la nueva película de Alex Garland con la que nos advierte de un brutal futuro no tan lejano.

Los Estados Unidos se encuentran en el punto crítico de una guerra civil, distintas facciones se han creado entre los estados de la nación, Las Fuerzas del Este, La Alianza de Florida, El Ejército del Nuevo Pueblo que cada una por su cuenta se han dispuesto a derrocar al Presidente y su estados aliados. Estos últimos se encuentran perdiendo territorio y todo indica que los días del Presidente están contados, aprovechando que sería una gran historia, los periodistas Lee y Joel pretenden viajar hasta la Casa Blanca para entrevistarlo. A ellos se unen Sammy, un viejo colaborador y mentor de ambos, y la fotógrafa amateur Jessie, siendo la edad de ambos un inconveniente para su viaje y más cuando el peligro es más gran mientras más cerca están de su objetivo.

Muchos cineastas han debatido que es lo que implica que una película sea verdaderamente anti-guerra, en lo que coinciden es que para lograr serlo no debería ser una película que busque entretener a la audiencia y sin embargo muchos de ellos terminan por hacer que la audiencia caiga inmersa en una experiencia estética ante sus imágenes y sonidos. Este debate parece estar dentro de las preocupaciones de Garland en cuanto a la realización de la cinta, pues claramente no está diseñada para el disfrute de la audiencia, desde los primeros segundos cuando apenas estamos viendo los logos, Garland ya comienza su ataque a la audiencia con una serie de sonidos erráticos. Y esos sonidos más tarde se convierten en disparos de todo tipo, explosiones, gritos, todo lo que conocemos de la guerra, que muchos solo lo conocemos a través de una pantalla y bocinas, es presentado de una forma altamente desagradable para los sentidos, una experiencia inmersiva que te ahoga en el horror de la violencia.

Que tan realista es o no la forma que Garland representa la guerra en pantalla es irrelevante, lo importante es que no hay forma que una persona sensata encuentre siquiera un poco de diversión en lo que vemos y escuchamos, de principio a fin es una constante tensión al ver a los personajes tan frágiles en situaciones tan peligrosas que solo van escalando de gravedad. El tercer acto es la definición gráfica de asfixiante. Garland es reconocido por hacer mucho con poco, pero Guerra Civil es la primera vez que lo vemos hacer mucho con mucho, la producción más grande de A24 cuyo presupuesto incluso se siente algo pequeño para todo lo que podemos observar, Garland nunca había estado mejor en este aspecto y es una lástima que esté pensando retirarse de la dirección después de este proyecto.

La trama sigue a estos periodistas que dicen buscar capturar las imágenes simplemente como son, sin una agenda o ideología por detrás, ya que adjudicarles tal valor es labor de la persona que observa la imagen. Es por eso que el hecho de que Garland no nos explique que detonó esa guerra, como se formaron los bandos, cuales son sus objetivos, sea tan esencial para su discurso, pues el punto del cineasta es ponernos en la perspectiva, preguntándonos que tanta violencia más podemos soportar aún cuando esta nos afecta personalmente. Así como ellos arriesgarían todo para obtener la fotografía e historia más impactante, bajo la excusa de la barrera de la cámara ¿Qué tanta violencia podemos observar ante la excusa de la barrera de nuestras pantallas? Y peor aún, ¿Seremos capaces de dejar esa neutralidad cuando esa violencia esté frente a nosotros? El actuar de los personajes nos hace pensar que quizá ni teniendo el fuego en la cara seríamos capaces de aceptar que nos estamos quemando.

A pesar de la fineza de la dirección de Garland, Guerra Civil no llega al mismo punto de horror y de trasgresión de una película anti-guerra trascendente como lo sería Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, la cual parece ser su principal influencia, aunque también es cuestión de ver como envejece y con ello como se le mirará en retrospectiva. Guerra Civil se sostiene porque Garland tiene su propia visión y tiene un equipo excepcional junto a él, además de su elenco liderado por Kirsten Dunst que nunca ha estado mejor en toda su carrera; la acompañan a casi el mismo nivel de interpretación la estrella en ascenso Cailee Spaeny y el infravalorado Wagner Moura. Jesse Plemons tiene dos minutos para brillar y sin duda será de lo más memorable de la cinta. Con Guerra Civil, Garland ha creado una de las experiencias más terroríficas del cine en muchos años, sin ser oficialmente una película de terror, pero bien sabemos que las películas que más tienen el poder de asustarnos son aquellas que se sienten un poco muy reales. ¿Funcionará entonces la advertencia de Garland? ¿Seremos capaces de clarificar nuestras diferencias antes de lanzarnos al conflicto? ¿Dejará de parecernos un futuro lejano?

Título original: Civil War
Dirección y guión: Alex Garland
Elenco: Kirsten Dunst, Cailee Spaeny, Wagner Moura, Stephen McKinley Henderson, Jesse Plemons y Nick Offerman

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