Reseña | ‘Asteroid City’
Una invitación a no perder la humanidad.

Se lleva a cabo en un pueblo desértico ficticio de EE. UU. cerca del año 1955. El itinerario de una convención de jóvenes astrónomos y cadetes espaciales (organizada para reunir a estudiantes y padres de todo el país en busca de compañerismo y competencia académica) se ve espectacularmente interrumpido por eventos que cambiarán al mundo.
Wes Anderson es probablemente el cineasta con el estilo visual más fácilmente reconocible del mundo, lo que ha llevado a que se creara una tendencia en redes sociales de vlogs e imagenes realizadas por IA que intentaban emular su estilo. En los intentos amateur se apreciaba el esfuerzo, las imágenes de IA son deplorables, pero ambos casos quedaron lejos de capturar la esencia de Anderson, ¿Cuál es esa esencia? Buena pregunta, pues en sus últimas películas, Isla de Perros y La Crónica Francesa, se criticó a Anderson de estar perdiéndose en su estilo visual. Esto resultó en películas cautivadoras para el ojo, pero que muchos encontraron difíciles de conectar con, en especial la más reciente ¿Qué habrá pasado con el cineasta para que sus películas dejarán de tener el mismo sentimiento que las anteriores? Pues en Asteroid City, su nueva película que llega este fin de semana a salas de México, él mismo se lo cuestiona.
¿Para qué molestarse? Toda persona tarde o temprano llega a preguntarse eso por una u otra razón ¿Cuál es el punto? ¿De qué sirve vivir? En Asteroid City, Anderson nos cuenta una historia, dentro de una historia, dentro de otra historia que se sitúa en el pueblo cuyo nombre le da titulo a la película. Un pueblo en medio del desierto, nada a la cercanía, solo el cráter del meteorito que cayó ahí millones de años antes, único dato por el que el pueblo es conocido. Hay pocos habitantes, la mayoría de los presentes son familias que llevan a sus hijos a una feria de ciencias, es este gran grupo de personas interpretados por un gran elenco (que a su vez está interpretado por el gran elenco de la vida real) en el que Anderson representará sus puntos de vista sobre la vida con los que podría responder las preguntas que mencioné.
Por un lado están los niños o jóvenes, algunos son genios, otros no, pero todos son curiosos, cuestionadores, se dejan impresionar, ven hacia adelante y con optimismo. Esa parte de los habitantes de Asteroid City es liderada por Woodrow, un adolescente con un profundo interés por la astronomía y la infinidad del universo, pero sus gustos siempre lo han separado del resto de la sociedad. En cuanto a los adultos, estos son serios, enfocados únicamente en lo que hacen, solo piensan en el pasado, lamentándose por lo que no fue o lo que no es, su único pensamiento del futuro es la perdición. Este grupo es liderado por Augie, un fotógrafo de guerra y padre de Woodrow que acaba de perder a su esposa y en su luto parece haber perdido todo interés de seguir con su vida con normalidad. Tanto adultos como niños viven tan enfrascados en sus mundos individuales que se dirigen a un mismo objetivo, la absoluta reclusión.
Sin embargo, el pueblo es testigo de un evento que cambiaría el curso de la historia, algo que antes se creía imposible y que a cualquier persona la haría reconsiderar todo lo que conoce de su vida, sin embargo esto no es lo que pasa con los personajes de Asteroid City. Al contrario, este evento que trasciende mundos hace que los jóvenes se vuelvan más obsesivos con sus intereses y los adultos consideran que su importancia en la vida es aún menor, pero estos pesares no son únicos, pues Woodrow encuentra compañía con otros niños genios y en especial Dinah, la hija de Midge Campbell, una estrella de cine que ha capturado la atención y de Augie y viceversa. En estas pequeñas conexiones, estos y otros personajes por fin empiezan a ver un mejor camino para su vidas, una segunda oportunidad que se alza no de lo trascendental, sino de lo mundano, lo terrenal.
Anderson parece tener una grave preocupación por perder conexión con su humanidad, cosa que podemos ver en lo extremadamente meticuloso que se ha vuelto su estilo visual, lo que antes se veían como planos geométricamente estructurados, ahora se ven postales, no hay absolutamente nada realista al respecto, es completamente plástico. ¿Qué podría hacer entonces? ¿Dejar de hacer cine? No, pues esa es la forma en la que él se expresa y detenerse también lo llevaría a la perdición. Por eso es importante recordar que Asteroid City no está llena de capas meta-ficcionales solo porque sí, pues por una parte tenemos este viaje en el que los personajes descubren el valor de darle una oportunidad a la vida en lugar de buscar darle significado, y por otro lado está el cuestionamiento de la importancia del arte.
Esas mismas preguntas sobre la vida aplican para el arte ¿Para qué molestarse en hacer arte? ¿Cuál es el punto del arte? ¿De qué sirve el arte? Anderson seguramente se ha llegado a preguntar esto y no ha podido encontrar una simple respuesta, ni siquiera haciendo su propio cine. Y es que sería un error decir que esta pregunta solo debería perseguir a los propios artistas, no, debería perseguir a cualquier persona, sea cual sea el arte de su preferencia. Lo que nos prueba Anderson en Asteroid City es que sin el arte, la humanidad estaría completamente perdida, pues hay cosas a las que no le encontramos solución, respuesta, razón, hasta que las escuchamos en una canción o como en este caso, hasta que las vemos plasmadas en la pantalla grande. Resulta curioso que las emociones más reales suelen nacer de la ficción.
Gran parte de Asteroid City podrá parecer que Anderson está dirigiendo como una máquina, cosas suceden, pero poco se siente y aún así al llegar al sutil clímax de la película, uno se da cuenta de lo poderosa que es en conjunto, todo lo antes visto de repente gana un gran peso emocional. Y no es como que nunca estuvo ahí, siempre estuvo ahí, pero Anderson está consciente de que puede desvirtuar al público con lo impresionante de sus imágenes y por debajo conmocionarlo sin darse cuenta. Esa es, al menos para mi, la esencia del cine de Anderson, cada imagen tan perfecta que construye tiene una intención, tiene una emoción impregnada, y con esas imágenes nos ha hecho sentir tanto y entender tanto, de nosotros mismos y de él.
Asteroid City es probablemente una de las mejores películas del cineasta, una auto-crítica y una reflexión de su trabajo. Con su estilo en su punto más alto, con el mejor elenco que ha conformado y que no desperdicia a nadie, resaltando el trabajo de Scarlett Johansson y Jason Schwartzman. Como su propia trama, Asteroid City está llena de capas y al final lo que me resulta más conmovedor es esta invitación que nos hace a no perder la capacidad de asombrarse, de sentir curiosidad, de cuestionarse. A no limitarse a compartir para no perder contacto con la humanidad.
Dirección: Wes Anderson
Elenco: Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, Jeffrey Wright, Tilda Swinton, Bryan Cranston, Edward Norton, Adrien Brody, Liev Schreiber, Hope Davis, Stephen Park, Rupert Friend, Maya Hawke, Steve Carell, Matt Dillon, Hong Chau, Willem Dafoe, Margot Robbie, Tony Revolori, Sophia Lillis, Jake Ryan y Jeff Goldblum.
Cinéfilo, crítico, swiftie y procrastinador profesional.