El ser humano puede ser bastante complejo, y claro que la creación de vínculos es de las situaciones más difíciles para desarrollar, aún así, una persona no podría sobrevivir sin la relación e interacción con otros; aquí la verdadera pregunta es ¿Todos estamos preparados para lo que una relación afectiva sana conlleva? Mucho de esto veremos en la cinta de Pablo Berger, “Robot Dreams”, con dibujos animados, claro.

El encargado de llevar la trama es Dog, un perro solitario residente de Manhattan que está dispuesto a cualquier cosa, hasta caer en la publicidad televisiva, con tal de dejar de sentirse sin compañía. Poco pasa para que su entorno de un giro total y Robot aparezca en pantalla; nos convertiremos en espectadores de una genuina historia afectiva, pero como es normal, la relación avanza hasta que las complicaciones aparecen, una situación peculiar separa a nuestros protagonistas, al menos hasta julio, o eso se cree.

Los azares de la vida terminan por romper el vínculo, los caminos se dividen y parece que todo a tomado un rumbo al desamor y la decepción; pero un giro inesperadamente maravilloso consigue crear diversas emociones en la audiencia, al mismo tiempo, que una lección de oro es retratada como si de algo simple se tratara.

De una manera bastante original se aborda una trama extremadamente compleja, que no es nueva en el séptimo arte, como la interacción y solidificación de relaciones; algo muy importante que merece un gran reconocimiento para Berger es que la herramienta principal de la cinta es el mutismo, la narrativa se ayuda sólo de: sonidos ambientales, gestos, ademanes, letreros y obviamente, música; no hay existencia de un diálogo durante 1 hora con 42 minutos.

Con lo anterior es inevitable destacar el sumo cuidado con el que se manejaron los detalles no sonoros, cada elemento presentado en los planos de la cinta da un guiño a la personalidad de los personajes, sus entornos, sus ideologías y por supuesto, sus sentimientos.

Sin embargo, no se puede dejar de lado la elección musical y es que, un clásico como “September” de la banda icónica de los ochenta Earth, Wind & Fire debe ser elegido sin tomarse a la ligera, es inapelable darse un tiempo para una reflexión a fondo que derive en su elección.

Aún así, eso no aseguraría que la escena que tuviera la melodía se quedaría grabada en la memoria colectiva, pero “Robot Dreams” lo consigue, generando una secuencia memorable que evoca a los sentimientos más puros de cualquiera es algo que no se puede dejar pasar, y que, además, es necesario presenciar.

Mucho se ha hablado sobre las expectativas acerca de la película, si las acciones de cada personaje tenían una justificación o no, y es algo que vuelve aún más increíble a la obra más reciente del cineasta español Pablo Berger; mismo que ya cuenta con una larga trayectoria en la industria del cine, desde el cortometraje “Mamá”, que le otorgó una beca a la Universidad de Nueva York para un master de Dirección Cinematográfica, hasta “Robot Dreams” que le brindó una nominación a los Premios Oscar como Mejor Película Animada.

Está basada en la tira cómica de la artista norteamericana Sara Varon, con el mismo nombre, al que la propia autora describe como un cómic creado para niños de 09 a 99 años, esencia que se mantuvo en el filme, perfectamente adaptado para público de todas las edades que a pesar de tener como principales a dibujos animados, la trama se ajusta perfecto a situaciones de la vida de cada espectador.

“Yo siempre escribo las historias para mí misma y mi editorial me deja total libertad creativa. Creo que Robot Dreams es una obra para todos los públicos, pero pienso que cada persona puede sacar algo diferente del cómic a partir de sus propias vivencias” aseguró Sara Varon durante una entrevista.

Si debemos definir a “Robot Dreams” en cinco palabras: amor, ilusión, madurez, pérdida y amistad mezclan de manera precisa lo que se aprecia luego de ver la película, además de quedar con una reflexión que, sin duda, nadie se imaginaría al ver el póster de la cinta.

 

¿Cuántas veces no hemos pensado en el cliché «felices para siempre»? pero ¿por qué no empezar a ver el «para siempre» desde una perspectiva madura y sana? estar presente en la vida de alguien va mucho más allá de mantenerse juntos, el secreto es amar de cerca o de lejos; la pureza en su máximo esplendor.

Por desgracia, no fue la ganadora en los Oscar, y era casi imposible ganarle a Hayao Miyazaki, pero de algo no hay duda, Berger estuvo muy cerca de llevarse el Premio y no lo necesita para estar seguro de que su obra se ha convertido en un emblema del cine animado.

¿Ya viste Robot Dreams?

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