‘Saw X’, una de las mejores entregas de la saga
¿Podrá traerle nueva vida a la saga?

Reseña | ‘Saw X’
Desesperado por encontrar una forma de evitar el progreso de su cáncer cerebral, John Kramer decide ser partícipe de un tratamiento experimental conducido por la Dra. Cecilia Penderson, cuya clínica se encuentra a las afueras de la Ciudad de México, quien asegura que con este puede remover su tumor. Esperanzado, Kramer se somete al tratamiento y está listo para comenzar su nueva vida, sin embargo pronto descubre que todo ha sido un engaño y que su enfermedad sigue presente en su cuerpo. Lo que la Dra. Penderson y sus cómplices desconocían es que Kramer es el infame Jigsaw y para traerlos a la justicia, los reunirá en un juego en el que pondrá a prueba su voluntad de vivir.
Por muchísimos años la saga de Saw ha luchado por mantenerse relevante, un sin fin de secuelas y un par de intentos por darle un reinicio a la franquicia, pero ninguno de ellos tuvo el éxito que se requería para satisfacer a los fans y atraer nuevo público. La esperanza se estaba perdiendo, Saw estaba a punto de caer en el olvido, Lionsgate tenía una sola oportunidad más para convencernos de que esta saga aún tiene más que darnos y es por eso que llega este fin de semana a cines Saw X. ¿Lo lograron?
¿Quién diría que lo único que se necesitaba para que Saw volviera a tener vida era traer de vuelta y poner al frente a sus personajes más interesantes? Amanda Young y por supuesto el mismísimo John Kramer AKA Jigsaw. La última vez que vimos a estos personajes como protagonistas y con vida fue en Saw III, la cual se estrenó hace nada más 17 años. En ese momento tal vez no se sentía así, pero perder a los protagonistas tan pronto en la saga fue un pequeño tropiezo para un plan a la larga, pues ni el detective Hoffman, ni Jill Tuck, ni nadie más tenía la misma profundidad que Amanda y John. Había encanto en la locura de la historia telenovelesca, pero es que si algo hacia falta en Saw era personajes entrañables.
Entonces lo que tenemos en Saw X es una película que por fin se centra en casi únicamente la historia de John Kramer, y lo vemos en un punto donde su desesperación por vivir es tal que es capaz de creer en cualquier cosa que podría curar su enfermedad y eso lo lleva a caer en un grave engaño. Al contrario de la gran mayoría de estas películas, Saw X se toma un muy buen rato en presentar su trama, conocemos por lo que está pasando John, compartimos su frustración de no poder mejorar su situación, compartimos su esperanza cuando por fin cree que sí y compartimos su humillación y coraje una vez que descubre que sus esfuerzos han sido en vano.
Y es así que una vez que por fin comienza el juego de esta película, no se siente como cualquier otro juego, hay mucha furia detrás de este y el público nos encontramos en una situación en la que nuestra empatía por los victimas es poca y muy alta con los victimarios. Así que cuando vemos a las víctimas de Kramer y Amanda pasar por sus terribles respectivos juegos, puede que haya sensación de miedo, asco, tensión, pero una vez realizados y victoriosos o no, su sufrimiento también nos resulta un tanto satisfactorio.
Las trampas a las que se someten los personajes son algo sencillas y muy adecuadas para el tiempo en el que sucede la historia, pues Jigsaw apenas comenzaba a diseñar sus trampas más complicadas que veríamos en el futuro, pero eso no le quita que tienen diseños bastante ingeniosos y que tratan de distinguirse lo más que se pueda de otras trampas ya vistas a lo largo de toda la saga. Algunos se sentirán un poco decepcionados al darse cuenta de que el número de escenas violentas es un tanto limitado, sin embargo creo que eso es algo que se agradece, porque cuando lo hay, es muy efectivo. Su ejecución es al propio estilo de la saga y todavía un poco más sucio y realista, dejándonos con imágenes extremadamente grotescas que harán voltear hasta los más fuertes en la sala. Pero ninguna trampa es efectiva sin víctimas perfectas y que mejor que el talento nacional como Renata Vaca, Octavio Hinojosa, Paulette Hernández y Joshua Okamoto para expresar ese nivel de sufrimiento y dolor que ojalá nunca lleguemos a sentir de verdad, sin actores como ellos ningún efecto especial puede convencernos de que lo que vemos es real.
Pero parte de lo efectivo de las secuencias de violencia es que estas no son la prioridad de la película y aquí volvemos a lo que de verdad le concierne a esta: Sus personajes. El mejor regalo de Saw X es que nos permite conocer a John Kramer hasta en su forma más mundana y vulnerable, una faceta de este personaje que de verdad nos hace simpatizar con él a profundidad y nos hace cuestionar que tanta o no razón tiene sobre su filosofía de vida. Ninguna otra película de Saw nos había hecho ponernos tanto de su lado porque nunca lo habíamos visto así, tan humano y tan frágil. Y el hecho de que tenemos a Amanda de regreso nos lleva a confirmar que ella siempre fue la mejor discípula de Kramer, pues su conexión era muy profunda y había cierto cariño entre ellos que con nadie más compartió. Pero aquí también se plantan algunas de las razones por las que su relación finalmente se derrumba y de hecho hace que su conclusión en Saw III sea aún más emocionalmente devastadora.
El material entre Kramer y Amanda es muy bueno, pero son las interpretaciones de Shawnee Smith y Tobin Bell las que de verdad lo elevan a la excelencia, porque ese entendimiento de sus personajes lo podemos ver entre ellos sin la necesidad de que se diga mucho, está en la forma que se comportan el uno con el otro y en como se miran. Sin embargo es Bell quien entrega no solo su mejor actuación de la saga, quizá hasta de su carrera, toda esa vulnerabilidad y fragilidad que vemos en John es gracias en gran parte a como el actor lo refleja en sus expresiones y resulta aún más impresionante porque en momentos también podemos ver ese lado suyo que luce bastante amenazante y constantemente Bell alterna entre estas personalidades de Kramer con fluidez.
Saw X es una entrega de esta saga que se siente muy diferente al resto de las secuelas, nos remite a la trilogía original en todo sentido y a la vez se distancia lo suficiente para ser un producto por si mismo. Eso también en el sentido que su trama funciona por su cuenta y realmente no es necesario conocer mucho de la saga para entenderla, pero los fans notarán que enriquece y re-contextualiza muchas de las cosas que vimos en otras entregas. Muchas decisiones acertadas que creo comienzan con el regreso de Kevin Greutert a la dirección, quien en la sexta entrega demostró entender más que ningún otro de los directores de la saga el trabajo de James Wan y Leigh Whannell. Y aunque le quitaron las riendas en la séptima entrega, con la décima las recupera y nos regala fácilmente la mejor de las secuelas de la saga, sino es que hasta la mejor película de la saga, pero claro que eso dependerá de a quien le preguntes.
¿Podrá Saw X traerle nueva vida a la saga? Tal vez sea un éxito de una sola vez, pero si podemos ver más entregas de esta saga con el mismo nivel de fineza en realización (con las limitaciones del estilo camp de la saga), aún si no giran al rededor de John Kramer, siempre y cuando encuentren otros personajes igual de fascinantes. Pero en caso de que esto sea todo lo que veremos de Saw, entonces nos quedamos con un cierre magnífico que nos invita a ver más hacia las virtudes que las deficiencias de la saga.
Dirección: Kevin Greutert
Guión: Josh Stolberg y Pete Goldfinger
Elenco: Tobin Bell, Shawnee Smith, Synnøve Macody Lund, Renata Vaca, Joshua Okamoto, Paulette Hernández , Octavio Hinojosa, Steven Brand, Michael Beach y Costas Mandylor
Cinéfilo, crítico, swiftie y procrastinador profesional.