2 de diciembre de 2023

En medio de una futura guerra entre la raza humana y las fuerzas de la inteligencia artificial, Joshua, un endurecido ex agente de las fuerzas especiales que sufre la desaparición de su esposa, es reclutado para cazar y matar al Creador. Éste es el escurridizo arquitecto de IA avanzada que ha desarrollado un arma misteriosa con el poder de poner fin a la guerra… y a la humanidad misma. Joshua y su equipo de agentes de élite viajan a través de las líneas enemigas hacia el corazón oscuro del territorio ocupado por la IA. Pronto descubrirán que el arma del fin del mundo tiene forma de una pequeña niña.

Después de haber perdido el control de Rogue One: Una Historia de Star Wars, el director Gareth Edwards está de regreso con Resistencia, la película que parece ser la respuesta a esta situación o mejor dicho, la película que quería hacer desde un inicio. Y ahora sin las correas de los intereses corporativos que le impidan explotar su creatividad, ¿es de verdad eso lo que hace Edwards? 

En años recientes hemos tenido películas como Top Gun: Maverick, Avatar: El Camino del Agua o John Wick 4 y muchas otras que no tienen miedo de aceptar que sus historias siguen formulas al pie de la letra o que no dejan de referenciar a sus influencias, y que aún así han logrado ser películas extremadamente emocionantes y bellas, y esto se debe a que su ejecución es de tal calidad cinematográfica que se vuelven experiencias inigualables en las que la audiencia queda atrapada. En Resistencia, Edwards no planea revolucionar el género de la ciencia ficción, los elementos que conforman su trama como el soldado insensible que al ser acompañado por una niña re-descubre su humanidad, la guerra entre máquinas y humanos donde resulta que los verdaderos villanos son estos últimos y muchos otros son robados de un millar de películas del género que los han gastado hasta el cansancio. Edwards tampoco siente temor de dejar claro que películas como la duología de Blade Runner y Apocalypse Now son sus principales influencias al punto en que calca fragmentos de estas películas. 

La originalidad es inexistente en Resistencia, pero Edwards apunta por ese mismo enfoque que las películas que ya mencioné, que su ejecución y su estilo sean lo suficiente para crear una experiencia cinematográfica poderosa, que capture a la audiencia y la emocione de una forma en que la película vivirá por mucho tiempo dentro de su cabeza. Y vaya que Resistencia tiene los elementos para lograrlo, Edwards se aventuró a realizar una producción con un presupuesto pequeño para lo que suele requerir el género (sí, 80 millones de dólares es poco) y la trató como si fuera una producción aún más pequeña de lo que es, con un estilo guerrillero y con equipo de cine básico, pero el producto final es de tal calidad que uno encuentra increíble la forma en que fue hecha. 

Cada toma en esta película impacta al espectador con la fineza de su elaboración, la fotografía de Greig Fraser y Oren Soffer explota la belleza de los escenarios reales en los que fue filmada y a pesar de ser filmada en digital, tiene cierta textura que la hace sentirse tangible. Pero lo más impresionante de la fotografía es lo bien que logra unir estos escenarios reales con elementos digitales agregados, al punto en que es difícil distinguir de lo que sí está ahí y lo que realmente no, lo mismo aplica para los personajes en CGI  y el como interactúan con actores reales y en algunos casos, se trata de actores con elementos digitales en su caracterización. Así que no solo es un gran trabajo de fotografía para unir estos elementos, es que el trabajo de efectos especiales es tan pulcro y cuidadoso que sorprende su calidad cuando películas con el cuádruple de presupuesto no pueden llegar a este nivel de realismo. 

Así que, Resistencia sí es una gran experiencia audiovisual, pero ¿Es esto suficiente para elevar el material del guion? ¿Es suficiente para evitar que el público sienta que ya conoce demasiado bien la historia que cuenta? Pues es ahí donde se ponen complicadas las cosas para Edwards, porque la franqueza para revelar sus influencias se siente más bien como si el director estuviera siguiendo un manual de instrucciones para construir una película de ciencia ficción y esperando que al hacerlo logrará que el público conecte emocionalmente con la historia que cuenta y los personajes que la habitan. Esto no sucede, porque el rumbo de la trama de Resistencia es tan obvio y simple que elimina toda posible sensación de peligro o riesgo, esto lleva a que el público sienta cierto desinterés en esta, como si no valiera tanto la pena involucrarse en ella y así sus personajes también resultan poco entrañables. 

Resistencia se siente un tanto vacía en cuanto a trama y en discurso, el cual también es una combinación de ideas ya exploradas, y a la vez es una gran experiencia para la sala de cine, entonces ¿Qué la separa de las otras películas que mencioné? ¿Por qué el apoyo en el estilo no aplica para Edwards como aplica para James Cameron? Pues creo que se debe a que al contrario de Cameron o Joseph Kosinski, Edwards no sabe tratar el espectáculo, la trama, los personajes y las emociones como una unidad y en lugar de eso busca tratar cada elemento por su cuenta como si se tratara de crear un objeto y no una pieza de arte. Así se hace una película decente, pero no una gran película.

Se aprecia que Edwards sea tan honesto con su tratamiento de la historia y eso quizá sea suficiente para enganchar a muchos, pero no tanto como para que la película trascienda. Y es una verdadera lástima, porque necesitamos más películas alejadas de franquicias como esta que en sus apartados técnicos estén hechas con tanto cariño y empeño.

Título original: The Creator
Dirección: Gareth Edwards
Guion: Gareth Edwards y Chris Weitz
Elenco: John David Washington, Gemma Chan, Ken Watanabe, Ralph Ineson, Sturgill Simpson, Madeleine Yuna Voyles y Allison Janney

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