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A cuatro años del accidente que lo habría dejado en coma y al borde de la muerte, Emiliano decide volver a Monterrey a iniciar una nueva vida, pero a las pocas horas de haber arribado, los siniestros y actuales habitantes de la casa comienzan a hacer de su vida un infierno. Consternado por su salud mental, Emiliano busca ayuda profesional, pero para su desgracia, ni los especialistas ni su esposa logran encontrar explicación para estas apariciones. Lo que Emiliano ignora, es que detrás de ese espantoso accidente hay un oscuro secreto que solo su madre puede revelar.

Hay películas que logran engañar al público presentándose como si pertenecieran a cierto género, para que después el cineasta de un giro en el que la película adhiere elementos de otro u otros géneros, lo cual resulta impactante por el cambio del rumbo de la historia y su discurso. Este truco lo hemos visto algunas veces en el cine de terror, un gran ejemplo sería Rosemary’s Baby de Roman Polanski, una película que mantiene sus elementos sobrenaturales al ras hasta su acto final, donde las pesadillas se hacen realidad. Muchos directores han tratado de hacer algo similar, algunos tienen éxito y otros no, lamentablemente en este segundo grupo se encuentra Homero Bueno con su debut en largometraje, Los Habitantes, que llegó a cines de México este fin de semana.

Bueno nos presenta a Los Habitantes como una película de drama familiar en la que poco a poco aparecen elementos de terror y dentro de esos parámetros es una película apenas y eficiente. Bueno podría tener en sus manos una cinta que se codea en tono con otras como Hereditary de Ari Aster que también juegan con estos géneros, sin embargo la gran diferencia que los separa es que Bueno ejecuta su terror bajo reglas muy comunes, jumpscares creados por apariciones que son anunciadas por la estruendosa música. Por lo tanto no asusta a nadie y en unas cuantas ocasiones causa hasta risas involuntarias. 

Sin embargo el cambio tonal de Bueno poco tiene que ver con el terror, de hecho todo lo contrario y lo mejor es no decir mucho al respecto para no arruinar la sorpresa. Para pasar del terror al suspenso, el director se arriesga a crear un giro que es un tanto difícil de predecir a menos que se preste bastante atención a las pistas que deja a lo largo de la trama, lo cual es bastante bueno pues en papel es un giro muy bien construido. Pero en ejecución, resulta ser poco efectivo pues para que la audiencia sienta el impacto de un giro así, primero debe estar completamente inmersa en todo lo sucedido anteriormente y en Los Habitantes ese no es el caso. De haberse tratado de una película de suspenso totalmente, habría sido muy entretenida, de haber tratado correctamente el juego de tonos, habría sido algo muy especial en el cine mexicano.

Los Habitantes resulta en una película que en gran parte de su metraje pierde el interés del público y para el momento en que el clímax trata de ganárselo de nuevo con sus sorpresas, ya es demasiado tarde y tampoco es como que el giro sea tan especial para que se sienta que ha salvado la película. Pero aquí lo lamentable es que entre las buenas intenciones de Bueno, algunas escenas bien ejecutadas, las actuaciones del elenco y en especial de Jorge Luis Moreno, es notable que hay talento que no fue aprovechado al máximo. 

Pero el lado positivo de esto es que a pesar de ser un debut débil, Bueno tiene oportunidad de demostrar que es capaz de hacer algo mucho mejor, o tal vez no, pero es mejor ser optimistas con cineastas emergentes. Es un tanto difícil recomendar Los Habitantes, pues la aclaración de que quien espere una película de terror común la obtendrá y a la vez no, podría ser vista como algo positivo o no, depende de la persona, y aún así el riesgo de que se salga insatisfecho de la sala es igual de alto.

Dirección y guion: Homero Bueno
Elenco: Jorge Luis Moreno, Jéssica Mendiolea, Estefanía Hinojosa, Sergio Zurita, Bárbara Salmerón y Angélica Aragón

 

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