‘Juega o Muere’, de los peores ejemplares del cine de terror actual
Un concepto creativo desperdiciado

Mientras se entretenían con lo que parecía ser un juego inocente, un grupo de jóvenes invoca a un demonio, que posee a Marcus, quien obliga a los demás a jugar juegos tradicionales como: Red Rover, linterna con fuego, Simon dice salta, con consecuencias mortales. Entre los sobrevivientes a los juegos, se encuentra Billie, la hermana de Marcus, quien se enfrentará al demonio para intentar salvar a su hermano.
En años recientes hemos observado un renacimiento del cine de terror, género que por años ha sido delegado a entretenimiento basura, pero que ahora con películas (fuera del llamado terror elevado) como Sonríe o Bárbaro, se ha vuelto un éxito con el público, crítica y en taquilla. Es hora de que los cineastas sigan aprovechando el boom para llevar el género a su punto más alto, pues aún hay unos cuantos escépticos y cada entrega del género se vuelve casi representativa de este, por eso es una lástima que a salas lleguen películas como Juega o Muere, una producción de los Hermanos Russo que es un gran desperdicio de talento.
Juega o Muere del dúo de directores y escritores Ari Costa y Eren Celeboglu tiene una premisa sencilla, un adolescente es poseído por un espíritu maligno que obliga a sus víctimas a jugar juegos infantiles comunes como las escondidillas o atrapadas con un giro mortal, y que la verdad suena intrigante porque tiene el potencial de ser utilizada de formas muy creativas y hacer de esta una película de terror fresca y original. Sin embargo, Costa y Celeboglu ponen su ambición hacia todo lo contrario, una película de terror de lo más común y pobre creativamente.
Ya desde las primeras escenas se siente claro que los guionistas y directores están haciendo lo más mínimo que requiere un buen guion y dirección en cuanto a establecer una historia y a sus personajes y por lo tanto carece de vida, nada funciona por naturalidad, funciona por mecánica. Una cosa lleva a otra, pero solo porque el guion lo dicta, no porque sea el rumbo racional que pudieran seguir la historia y sus personajes. Costa y Celeboglu no solo son incapaces de contar una historia mínimamente sólida, sino que tampoco logran si quiera adornarla con una atmósfera digna del género y en cuanto a su concepto, ni siquiera lo utilizan, lo hacen a un lado para una trama más típica. Como la historia es vacía y sabemos a donde se dirige y los personajes son planos y solo sirven para ser desechados, en la película no hay tensión, no hay suspenso, no hay peligro y por supuesto, no hay terror.
Juega o Muere es una película tan vacía en prácticamente todo sentido que es imposible siquiera recomendarla para pasar el rato, a menos que resulten graciosos los elementos ‘terrorificos’ de esta. De un trabajo tan pobre solo queda preguntarse ¿Cómo es que dos actores como Natalia Dyer y Asa Butterfield terminan en un proyecto como este? Dos actores que protagonizan en dos de las series de Netflix más exitosas a nivel mundial ¿Y este es el tipo de trabajo que consiguen? Ambos son muy buenos en su trabajo y le dan al menos un poco de personalidad al material que les ofrecen. Ellos al menos ya son conocidos, pero otros cuyas carreras se encuentran en ascenso como Laurel Marsden y Benjamin Evan Ainsworth que claramente tienen mucho talento y hacen mucho con poco, pero una cinta así se siente más como un tropiezo que un buen paso para sus carreras.
En general hay talento delante y detrás de la cámara, como la fotografía de Alex Belcher que al menos agrega un poco de ambiente a las escenas, pero el dúo de directores no tienen la habilidad para unir todo y hacer una película competente, de por sí ya desde el guión está marcado su fracaso. Y así lo único que queda que decir de Juega o Muere es que a la hora de elegir que película ver en el cine este fin de semana, cualquier otra opción es mucho mejor.
Dirección: Ari Costa y Eren Celeboglu
Guion: Ari Costa, Eren Celeboglu y J.J Braider
Elenco: Asa Butterfield, Natalia Dyer, Laurel Marsden, Benjamin Evan Ainsworth, Kolton Stewart, Erik Athavale, Matthew Lupu, Sydney Sabiston, Summer Howell, Maclean Fish y Annabeth Gish
Cinéfilo, crítico, swiftie y procrastinador profesional.