1 de diciembre de 2023
Libro VS Película | “Balada de Pájaros Cantores y Serpientes”, mejor regreso a Panem, ¡imposible!

Libro VS Película | “Balada de Pájaros Cantores y Serpientes”, mejor regreso a Panem, ¡imposible!

Me quito el sombrero ante lo que vi en pantalla en esta adaptación de “Los Juegos del Hambre: Balada de Pájaros Cantores y Serpientes”, porque es de las pocas producciones que me han hecho sentir que, de alguna forma, superaron a su producto original de manera ¡magistral!

Me alegra saber que quien estuvo a cargo de la dirección de este filme no fue otro sino Francis Lawrence, que nos entregó las últimas 3 adaptaciones de la saga original a la pantalla grande y cuya visión particular le dio verdadera vida a las historias de Suzanne Collins.

Pero creo que el mérito real detrás del éxito de este filme, en esta ocasión, le pertenece al pare de guionistas que se encargó de recrear la novela al formato audiovisual: Michael Arndt y Michael Lesslie, quienes se nota que no sólo entendieron muy bien la historia, sino que además supieron contarla en un formato de 2 horas y media de duración sin caer en pantanos ni lugares comunes.

La trama, en este formato, se siente progresiva y muy coherente. El equipo creativo suple cortar toda la paja que el texto original tenía y respetar los momentos álgidos de la novela para entregarle al espectador una historia rica en acción, drama, y momentos encausados hacia la reflexión, justo como el libro pretendía pero, a mi parecer, no logró del todo.

La narrativa es básicamente la misma a la del texto salvo algunos pequeños cambios aquí y allá para guardar su propia lógica: aquí conocemos a un Coriolanus Snow (Tom Blythe) quien está listo para hacerse con el prestigioso Premio Plinth que otorga la Academia de Panem a la excelencia estudiantil.

Dicho premio le permitiría sacar de la pobreza a su familia (abuela y prima) y matricularse a la universidad para emprender sus estudios en algo que lo ayudara a recrear la antigua gloria de su familia y a crear mejoras en aquel país inmerso en un ambiente de posguerra.

Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba: dicho estímulo ya no sería entregado así como así al mejor estudiante del año, sino que ahora el cúmulo de la excelencia del alumnado tendría que pelear por él convirtiéndose en mentores de la siguiente generación de tributos en los décimos juegos del hambre.

A Coryo, como lo llaman en su círculo más cercano, no le quedó de otra más que convertirse en el aliado de la tributo elegida del Distrito 12: Lucy Gray (Rachel Zegler), una chica encantadora y fiera a partes iguales, por quien él tomaría muchas decisiones que le harían cambiar el rumbo de su vida para siempre.

Aunque varias de sus elecciones más fuertes también se vieron encauzadas por los intereses de terceros en acción: su compañero de clase Sejanus Plinth (Josh Andrés Rivera), el Decano Casca Highbottom (Peter Dinklage), y la Vigilante Jefe de los juegos, la doctora Volumnia Gaul (Viola Davis).

La mayoría de los cambios realizados en esta versión se dieron para mantener el mismo ritmo creciente durante todo el proyecto: escenas combinadas, situaciones presentadas con algún giro, sobre todo en las destinadas a los propios juegos, y ciertos “acentos” en momentos de tensión que en el libro se dan por sobreentendido pero que en una película necesitan mayor exposición para que cualquier espectador pueda comprenderlas.

En esencia, todo el texto está ahí, en pantalla, lo cual, a mi parecer, debió resultar una tarea titánica puesto que se trata de una novela autoconclusiva que contiene demasiadas aristas y escenas que habrían requerido un formato más televisivo de haber querido presentarlos como si tratara de una calca.

Pero la producción nos mostró que el cine aún tiene mucho por darle a las adaptaciones, y que éstas sólo necesitan los cortes correctos en los espacios correctos para poder convertirse en productos que respeten al original y que, al mismo tiempo, otorguen una visión nueva de la misma historia tanto para quienes ya la conocen como para quienes no.

Me encantó volver a Panem a través de esta visión de la historia, muy rica en elementos cinematográficos, como su sonido y música envolventes o sorprendente fotografía, y con actuaciones demasiado plausibles y cercanas a los personajes originales por los aciertos en el casteo.

No puedo imaginarme a mejores actores para dar vida a estos personajes que los que vimos en la cinta. Cada uno de ellos se mimetizó tan bien con sus versiones de tinta y papel que logró mostrar sus rostros, sus emociones y sus líneas de acción de manera creíble y apegada a lo narrado en el libro.

Un acierto que le añado a la película es cómo representó el arco de transformación de su protagonista, que en el libro, a mi parecer, quedó bastante endeble en comparación con su versión más adulta y tirana, pero que aquí sí acrecienta aquella chispa de maldad que ya nada ni nadie habría de poder apagar hasta su final en “Sinsajo”.

También aplaudir ampliamente a los encargados de la ambientación en la cinta, porque nos entregaron un Panem que mezcla lo mejor de un mundo futurista con toques vintage y un ambiente depresivo

Sé que la propia autora se sintió agradecida y orgullosa de lo que vio, porque uno como lector y fan también pudo sentir el cuidado que le pusieron a cada detalle en todas las tomas.

No considero que este filme sea excepcional y eso se debe a que el material de origen tampoco lo es; sin embargo, ambos son bastante disfrutables a su manera, y lograron entregar dignas predecesoras a sus versiones de la misma historia.

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