En el 2013 Fede Álvarez logró ganarse a los fanáticos del cine de terror, pero sobre todo a los fanáticos de Posesión Infernal, con un remake a la altura de la primera cinta de una trilogía que consolidaría a Sam Raimi como director. Violenta, sangrienta y mucho, mucho gore… algo así esperaba de su nueva cinta No respires.

Tres jóvenes han decidido emprender una nueva vida por lo que tienen que hacer un último robo. El trabajo es sencillo: entrar a la casa de un hombre ciego y robarle una indemnización que recibió por el atropellamiento de su hija. La cosa no van tan sencilla pues desde el ingreso a la casa, los ladrones se topan con una buena seguridad en las puertas. Ya adentro, las cosas se complican y el ciego, que es ex militar estilo Chuck Norris, voltea las reglas del juego. Ahora sus vidas corren peligro y el sonido es su peor aliado.

La cosa es que No respires no es nada parecida a Posesión Infernal. Ante un público cada vez más difícil de complacer, la cinta logra dar increíbles giros de tuerca que mantienen en suspenso durante todo el desarrollo; esto sin necesidad de efectos especiales y trucos baratos.

La tensión que se vive durante toda la película es muy frustrante, al igual que Rocky (Jane Levy) y Alex (Dylan Minnette), el espectador respira en silencio y pretende crear el menor ruido pues teme por sus vidas, tal vez incluso por la suya. Mención especial a Stephen Lang como el invidente, quien crea un personaje lleno de furia, despiadado, brutal, alguien que sin duda da escalofríos.

Personajes perfectamente delineados con fuertes motivos que los obligan a seguir hasta el final: el amor, los sueños de algo mejor, el dinero, la añoranza de recuperar algo de lo perdido, de volver a vivir momentos que sabemos jamás volverán.

Como una obra que se divide en tres actos, cada uno tiene su trama, su desarrollo, su complicación y un parteaguas para lo que viene a continuación. La primera es la esperanza, la idea de un trabajo sencillo y final para un futuro mejor; a partir de que todo se complica viene el segundo acto con el miedo, el pánico, una increíble escena en total oscuridad donde el menor ruido puede costarles la vida y el objetivo de escapar; el tercer acto es más brutal, ya no se busca escapar, se busca sobrevivir.

Con una pequeña locación, Álvarez aprovecha al máximo cada rincón de la casa creando momentos de claustrofobia acompañados de una increíble banda sonora de Roque Baños, logrando una ambientación escalofriante.

Pero lo más inquietante, además de sus últimos minutos, es la idea del humano actual, quien busca escapar del pasado y presente que lo rodea a costa del sufrimiento ajeno. Una sociedad corrompida, eso es lo que somos; capaces de hacer cualquier cosa por lo que queremos. Al final, No respires, cumple con lo que promete. Fede Álvarez se consolida como un director del género.

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No Respires (2016)

Título original: Don’t Breath
Director: Fede Álvarez
Guión: Fede Álvarez & Rodo Sayagues.
Elenco principal: Jane Levy, Dylan Minnette, Daniel Zovatto, Stephen Lang, Emma Bercovici, Franciska Torocsik, Christian Zagia, Katia Bokor & Sergej Onopko.

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