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Una Anna embarazada deposita su confianza en una amiga de toda la vida. Más tarde, Joel y Ellie se acercan al final de su viaje.

Vaya que han sido semanas muy intensas con The Last of Us, domingo tras domingo nos sentamos a sufrir colectivamente, a que nuestros sentimientos fueran gravemente atacados. Pero ¿Podía el final de temporada estar al mismo nivel o superar todo lo que hemos visto en los episodios anteriores? Pues creo que ni siquiera era necesario, este episodio necesitaba simplemente entregarnos una conclusión satisfactoria y Craig Mazin y Neil Druckmann no parecen haber tenido presión, simplemente confiaron en que su material les daba lo suficiente.

En el penúltimo episodio vimos hasta donde eran capaces de llegar Joel y Ellie para mantenerse juntos, que pueden, en especial Joel, cometer graves actos de violencia con tal de protegerse el uno al otro. Y esto es algo que se repite en el final de temporada, pero antes de que eso tenemos unos cuantos minutos en los que podemos ver lo mucho que ha avanzado la relación de Joel y Ellie, se siente mucho más natural su dinámica que ahora ya es de padre-hija.

Son unos momentos muy agradables y ligeros, pero su función está en mostrarnos las mejores versiones de estos personajes antes de que podamos ver la peor, al menos en el caso de Joel. De nuevo, al final hay una explosión de violencia por parte de Joel, pero la violencia en sí pasa a ser algo secundario, ya habíamos visto a Joel siendo violento, sin embargo nunca lo habíamos visto en su faceta extremadamente egoísta.

Es aquí que The Last of Us nos confronta con una pregunta muy importante ¿Vale más la felicidad individual que el bien colectivo? Muchos no durarán en dar su respuesta con un sí o no, pero lo que vemos en este episodio nos deja claro que muchas veces esta cuestión moral es muy complicada. Entre la audiencia cada quien juzgará las acciones de Joel según su propia perspectiva, pero de cualquier forma es imposible no ver que esta no es una historia heroica ni de redención, nos obliga a cuestionarnos nuestra empatía a este personaje tan complicado.

En su última secuencia, The Last of Us está a punto de darnos un final que podría calificarse de feliz, pero antes de que pueda de suceder, hay un intercambio de diálogos entre Joel y Ellie que con tan pocas palabras seguro tendrá un impacto gravísimo en su relación. Seguramente los fans del videojuego ya saben hacia donde se dirige, pero el resto de nosotros nos quedaremos con el suspenso por al menos un par de años. Ya no queda decir mucho, en todo sentido The Last of Us fue una serie excepcional, por sus protagonistas Pedro Pascal y Bella Ramsey, por el trabajo de Druckmann y Mazin y su equipo de directores, en este momento no hay nada que se le compare.

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