Reseña | ‘The Last of Us’ Ep.3: ‘Mucho, Mucho Tiempo’
Un episodio que se eleva más allá de ser un adaptación de videojuego.

Cuando un extraño se acerca al recinto de Bill, un aficionado en preparativos para escenarios apocalípticos, ambos forjan una conexión poco probable. Más tarde, Joel y Ellie buscan la guía de Bill.
Todos podemos estar de acuerdo en que los primeros dos episodios de The Last of Us no son bueno, son muy buenos, hasta excelentes. Pero estos dos episodios no nos prepararon en lo absoluto para lo que Craig Mazin nos tenía planeado para el tercero. Con las entregas anteriores nos estábamos asentándonos a la idea de lo que es The Last of Us: Una serie de supervivencia con tensión, suspenso, terror y algo de violencia que cuenta la historia de personajes que han perdido toda esperanza.
Era de esperarse que el tercer episodio siguiera con esa misma línea y por unos cuantos minutos lo hace al seguir la trama de Joel y Ellie, pero poco después da un giro radical en la narrativa para presentarnos una sub-trama que rompe un tanto con el tono ya establecido. Introducir una historia romántica sobre dos personajes desconocidos (al menos para quienes no han jugado los videojuegos) es una decisión un tanto arriesgada por parte de Mazin, pues la audiencia podría llegar a sentir que lo que está viendo es irrelevante para la trama principal, aún así el escritor confía en que su objetivo vale la pena para exigirle paciencia al espectador.
La efectividad de el guión de Mazin se encuentra en la sugestiones que se dan en la interacción entre Bill y Frank, el director Peter Hoar se dedica a que estas se transmitan sutilmente a través de sus imágenes, nada se dice ni se presenta directamente, pero el público comprende por completo lo que está entre líneas y aunque lo que sucede en pantalla es mínimo, se siente gravemente conmovido. La fuerza central de este episodio son sus actores, Nick Offerman como Bill y Murray Bartlett como Frank, su química se derrocha en miradas y gestos afectivos, los cuales la cámara de Hoar se dedica a observar y así la audiencia siente que está viendo una relación real.
En este episodio, Mazin nos habla sobre como eventos catastróficos le quitan la oportunidad de vivir a muchas personas, pero que hay una pequeña porción de personas a las que les da una oportunidad de empezar a vivir de verdad. Tal es el caso de Bill y Frank, cuya relación no habría sido posible antes del ataque de esta infección. Mazin utilizó una historia con poca relación a la trama general para decirnos cual es el mensaje que conducirá a toda la serie, además el escritor quería que recordáramos que el factor emocional es la parte vital de esta serie.
Por esto y muchísimas más razones podemos decir que el tercer episodio de The Last of Us no solo es el mejor de la serie hasta ahora, es probablemente uno de los mejores productos de televisión en su historia. Una obra maestra que eleva esta serie más allá de ser la adaptación de un videojuego.
Cinéfilo, crítico, swiftie y procrastinador profesional.