Breve historia de la técnica stop-motion
Acompáñanos en un viaje a través del tiempo y explore la fascinante historia de la animación stop-motion.

La animación stop-motion lleva más de un siglo cautivando la imaginación del público. Desde sus humildes comienzos hasta las obras maestras actuales, esta técnica ha servido para crear algunos de los personajes e historias más queridos de la historia del cine.
Tanto si es usted un aficionado como si simplemente siente curiosidad por el proceso que hay detrás, acompáñanos en un viaje a través del tiempo y explore la fascinante historia de la animación stop-motion.
Los orígenes de la animación stop-motion
La animación stop-motion existe desde hace mucho tiempo, desde los inicios del cine. La técnica consiste en tomar fotografías de un objeto o personaje y luego moverlo ligeramente antes de tomar otra fotografía. Cuando estas imágenes se reproducen sucesivamente, crean la ilusión de movimiento.
El primer ejemplo conocido de animación stop-motion fue creado por el cineasta francés Émile Cohl en 1908. Su cortometraje Fantasmagorie presentaba animaciones sencillas realizadas con figuras de papel recortadas que se movían sobre un fondo negro.
Por la misma época, el animador estadounidense J. Stuart Blackton utilizó técnicas de stop–motion para animar objetos como cerillas y monedas en sus películas. Un ejemplo especialmente famoso es su película de 1906 The Humpty Dumpty Circus, en la que aparecen animales acrobáticos hechos con modelos de arcilla.
Con el tiempo, la animación stop-motion se hizo más sofisticada y los animadores experimentaron con distintos materiales y técnicas para crear personajes e historias cada vez más complejos. Sin embargo, incluso las obras de animación stop-motion más vanguardistas de la actualidad deben su origen a estos pioneros que se atrevieron a ampliar los límites de lo que era posible en la pantalla.
Primeros ejemplos de animación stop-motion
En los inicios del cine, la animación stop-motion era una técnica innovadora que permitía crear imágenes impresionantes. Como ya mencionamos, uno de los primeros ejemplos lo encontramos en The Humpty Dumpty Circus.
Otro ejemplo notable de este periodo es El mundo perdido (1925), una película muda de aventuras en la que se utilizaban imágenes en stop-motion y de acción real para contar la historia de unos exploradores que descubren dinosaurios en una meseta aislada. Fue una de las películas más caras de la época y contaba con unos efectos especiales realmente impresionantes para su época.
Pero quizá el ejemplo más famoso sea King Kong (1933). En este clásico del cine de monstruos, el legendario animador Willis O’Brien utilizó técnicas de stop-motion para dar vida en la pantalla al propio Kong y a otras muchas criaturas prehistóricas. El resultado fue un espectáculo visual inolvidable que sigue cautivando al público.
Estos primeros ejemplos sentaron las bases de lo que se convertiría en una de las técnicas más perdurables del cine: la animación stop-motion.
El auge del stop-motion en el siglo XX
En el siglo XX, la popularidad de la animación stop-motion aumentó considerablemente y muchos cineastas y animadores utilizaron esta técnica para crear películas visualmente impresionantes y únicas.
Otra figura clave en el auge de la animación stop-motion durante este periodo fue Ray Harryhausen. Creó algunas de las criaturas más emblemáticas de la historia del cine mediante el uso de modelos intrincados y movimientos detallados. Su trabajo en películas como Jasón y los argonautas (1963) ayudó a introducir nuevos niveles de realismo en el cine fantástico.
La animación stop-motion también ganó popularidad gracias a su uso en programas de televisión infantiles como Rudolph, el reno de la nariz roja (1964) y Gumby (1957-69), que cautivaron al público infantil con sus coloridos personajes y su imaginativa narrativa.
Fue en esta época cuando la animación stop-motion se convirtió realmente en una forma de arte, inspirando a generaciones de cineastas que hoy siguen superando los límites.
Animación stop-motion moderna
Un ejemplo notable de animación stop-motion moderna es la película de 2016 de Laika Studios Kubo y las dos cuerdas. La película fue elogiada por sus impresionantes efectos visuales, que se lograron a través de intrincadas marionetas y una meticulosa atención al detalle.
La película de Pinocho (2022) de Guillermo del Toro es otra obra maestra, destacable con el uso de esta técnica.
A pesar de la competencia de las imágenes generadas por ordenador (CGI), la animación stop-motion sigue siendo una parte importante de la industria del entretenimiento. Su encanto único y su capacidad para captar las emociones humanas a través de la manipulación física la convierten en una forma de arte perdurable que seguirá cautivando al público durante generaciones.
Dónde ver Pinocho (2022):
“Nunca olvides que vienes de una larga lista de buscadores de la verdad, amantes y guerreros”