6 de diciembre de 2023

Con una característica melena rubia al más puro estilo setentero, labios rojos y trajes destellantes, desde 1989 Saúl Armendáriz, conocido en el ring como Cassandro El Exótico, deslumbra a la audiencia en cada combate. Pero más allá del show, Cassandro ha llevado la bandera LGBT+ en una disciplina, la lucha libre, íntimamente ligada a la cultura patriarcal en México.

La reciente película sobre su vida, encabezada por Gael García Bernal y dirigida por Roger Ross Williams, ha reavivado el interés en este ícono. Pero ¿quién es realmente Cassandro?

Raíces y comienzos en el cuadrilátero

Nacido en 1970 como Saúl Armendáriz en El Paso, Texas, ciudad fronteriza, su infancia estuvo marcada por una mezcla cultural en la que los filmes de El Santo ocupaban un lugar especial. Contrario a lo que pudiera parecer, Saúl no siempre soñó con convertirse en luchador. De hecho, antes de subir al ring, terminó una carrera técnica como asistente médico. Sin embargo, la pasión por la lucha le llevó a entrenar en un gimnasio de Ciudad Juárez, vecina de El Paso.

Más allá del cuadrilátero

Desde pequeño, Armendáriz fue consciente de su identidad sexual. En un mundo donde predominaba una única forma de masculinidad, aquellos que se salían de la norma eran ridiculizados. No obstante, la lucha libre mexicana tenía un lugar para ellos: los exóticos. Estos luchadores, con su teatralidad y vestimenta colorida, comenzaron a ganar popularidad en los años 40. Gorgeus George en EE.UU., y más tarde en México, El Bello Greco, fueron pioneros en esta categoría.

Pero fue en los años 80 cuando Saúl, entrenado por Rey Misterio y bajo la máscara de Míster Romano, decidió adoptar la identidad de Cassandro, un exótico que buscaba ser genuino, que no solo se limitara a los estereotipos. Cassandro quería ser un digno representante tanto del movimiento gay como de la lucha libre.

Desafíos personales y un renacimiento

La trayectoria de Cassandro no ha estado exenta de obstáculos. Desde el rechazo paterno hasta la discriminación y agresiones dentro de la lucha libre, la vida del luchador se vio marcada por momentos oscuros, como adicciones y episodios de salud mental. Sin embargo, pese a las adversidades, Cassandro ha encontrado en el cuadrilátero y en el apoyo del público, el refugio y la fuerza para levantarse, tal como se simboliza en su película biográfica.

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