2 de octubre de 2023

Hace más de 30 años, Fito Páez trajo al mundo un poema de ira e impotencia que sorprendió por el giro de 180 grados que hizo con respecto a sus trabajos anteriores. La carga emocional con la que viene el álbum lo hace uno de los más representativos y aclamados del artista, pero para él es “el disco que nunca quise escribir”.

Luego del fallecimiento de su padre en 1986, Fito compuso Parte Del Aire, dedicada a él y a su madre, quien falleció cuando él era aún un niño. Quienquiera que escuche esta canción con esta historia podría pensar que Fito tomó muy bien lo de su padre, lo que en parte es cierto, lo tomó con calma y hasta cierto punto con misticismo, pero la tragedia de sus abuelas seis meses después es toda otra historia.

El 7 de noviembre de 1986, luego de un show en Río de Janeiro, Fito recibió una noticia que marcaría su carrera musical y su vida personal con una profunda cicatriz; sus abuelas habían sido violentamente asesinadas en la misma casa de su infancia bajo circunstancias misteriosas, nadie había forzado la puerta, no habían señales de robo más allá de algunas joyas y uno de los elementos que más indignación causa es la distancia a la que se encontraba la Jefatura de Policía, solo una cuadra.

Según recuerda el músico rosarino, la noticia lo enloqueció de dolor y furia, terminó destrozando el cuarto del hotel, entre whisky y pastillas para dormir se volvió una bestia que destruía todo a su paso, encerrado en su propio dolor y soledad. Los intentos de Fabi Cantilo, su pareja en el momento, fueron inútiles, Fito sentía como su corazón se desmoronaba de a poco y no había nada que pudiera hacer para remediarlo.

Cuando Fito regresó a Rosario, los medios lo comenzaron a acosar, se rumoraban deudas por drogas, enemigos en la industria musical y todo tipo de noticias falsas que atrajeran más atención al caso y, en especial a los periódicos. Lleno de rabia e impotencia por lo sucedido, e intentando alejarse de los medios, Fito se refugió en su casa, que pasó de ser un lugar de celebración y encuentros amistosos a una casa tenebrosa y oscura, donde reinaban el silencio, la soledad y la tristeza. Según algunos testimonios, Fito comenzó a adoptar el estilo de vestimenta que se le vería portando meses después en la película homónima: camisas de cuello Mao, lentes de sol, pantalones holgados, chaquetas de cuero, todo en color negro.

Poco menos de un mes después, Fito y Luis Alberto Spinetta presentaron su disco en colaboración La La La en el Estadio Obras Sanitarias. Los ensayos para el show, según relatan los músicos acompañantes, presentaban a Fito totalmente deshecho, hundido en la tristeza y sin ganas de hacer nada, pero sin perder su talento en el piano. En el Estadio Obras, al terminar de presentar el disco con Spinetta, se escucharon los primeros acordes de una de las canciones más personales, viscerales y conocidas de Páez, Ciudad de Pobres Corazones, un grito de furia e impotencia contra todo a su alrededor, el caso de sus abuelas, la ciudad de Rosario juzgándolo en lugar de apoyarlo, de las noticias falsas alrededor del caso y de su pobre corazón destrozado.

El disco es enormemente distinto a sus predecesores, tanto con Spinetta (La La La), como solista (Giros); el caso más remarcado es la diferencia entre Yo Vengo A Ofrecer Mi Corazón y Ciudad de Pobres Corazones, mientras la primera es una suerte de balada a la esperanza y los sueños de libertad, a la comunidad y la fraternidad de un pueblo cicatrizado por su historia; la segunda es un rock pesado, lleno de odio y rencor a una ciudad de que le escupe en la cara, del hartazgo a la humanidad y del odio en su corazón que se encontró con la música como válvula de escape.

El disco se compone de 11 temas donde Fito expresa todos sus sentimientos alrededor del caso, no solo es un grito de desesperación como el tema homónimo, sino que habla explícitamente sobre sus abuelas (De Mil Novecientos Veinte), sobre lo que ocurre alrededor de él y su relación con aquellos que lo apoyaron en el proceso, como Fabi Cantilo o Luis Alberto Spinetta (Track Track). El disco cuenta con temas más ligeros en composición, más no en mensaje, como Gente Sin Swing o A Las Piedras De Belén, que cargan con ritmos más bailables pero letras igual de oscuras y desgarradoras.

En palabras de Fito, este era un disco “urgente”, necesitaba sacar todo este odio de su sistema y expresar lo que sentía, gritarle al mundo que había perdido la esperanza para poder recuperarla, necesitaba llorar su dolor y aceptarlo como parte de su historia para poder avanzar y de algún modo volver a ser el trovador rosarino del que todos se habían enamorado años antes, sin embargo, él sabía que no sería el mismo y con este disco nos lo dejó claro.

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