fbpx

Ellie se topa con un vengativo grupo de supervivientes y llama la atención de su líder. Un debilitado Joel se enfrenta a una nueva amenaza.

¿Cómo puede una serie que ya es conocida por ser tan brutal, en lo gráfico y emocionalmente, serlo aún más? El octavo y penúltimo episodio de The Last of Us se estrenó ayer en la noche y de todos los golpes al corazón que nos ha dado semana tras semana, este es quizá el más agresivo de todos. Y es que en episodios anteriores habíamos visto la relación de Ellie y Joel crecer a través de las historias de otros personajes, una fórmula que, como mencionamos la semana pasada, funcionó bastante bien, pero la serie necesitaba moverse de ahí.

Justamente el octavo episodio nos pone la relación de los protagonistas al frente, pero lo hace de una forma en que el riesgo de que esta se rompa es altísimo, es por eso que a lo largo del episodio vemos de que tanto son capaces Joel y Ellie de hacer con tal de permanecer juntos. Y vaya que ambos son capaces de llegar a un punto en el que se vuelven hasta irreconocibles para el público, sin embargo resulta que son facetas de sus personalidades que apenas estamos descubriendo. Son las versiones más violentas de estos personajes, pero en este mundo es la mejor forma que tienen para expresar lo profunda que es su conexión.

A lo largo de la serie hemos conocido buenos aliados y algunos antagonistas, sin embargo creo que ninguno ha estado al nivel de David, un personaje que en un inicio lucía tan regular y que conforme avanza la historia se va revelando más como una persona deleznable, Scott Shepherd lo interpreta como tal, una aparentemente normal, pero que tiene algo que no te permite verlo así, que algo se esconde debajo de su rostro. Lo interesante de la aparición de este personaje es que funciona como una antítesis de Joel, una persona que ve el rol de ‘padre’ como una cuestión de autoridad y lo lleva al extremo. Y mientras más va perdiendo el control de sus acciones y se revela como en realidad es, pone a prueba la fuerza de Ellie al tener que defenderse de él.

Es por eso que la escena final de este episodio es tan poderosa, Joel no necesita ser una figura protectora físicamente, pues Ellie puede luchar por sí misma, lo que sí necesita es un apoyo, alguien en quien confiar, algo que sí puede ser un padre de verdad. Una escena corta en la que Bella Ramsey y Pedro Pascal hacen su mejor interpretación hasta el momento, hay algo tan poderoso en la forma en la que comprenden la relación de estos personajes y lo expresan con un cariño palpable. Si consideramos que este fue el clímax de la historia, entonces podemos decir que fue perfecto, pues puso a sus protagonistas en el peor escenario posible, del que apenas y salieron victoriosos.

Queda un episodio de The Last of Us y ya desde aquí podemos decir que será una conclusión excelente.

 

Deja un comentario