24 de septiembre de 2023

Cuando tratamos de pensar en chilanguería, es innegable que una de las bandas más representativas es Café Tacuba, aunque no sean chilangos en sentido estricto, pues el grupo es de Ciudad Satélite, pero dejando eso de lado, el grupo ha logrado posicionarse como uno de los más representativos de México para el mundo, por eso hoy retomamos uno de los shows más conocidos de la banda y que además reúne varios de sus temas, hablamos de su primer MTV Unplugged en el ligeramente lejano 1995.

Café Tacuba se volvió el tercer grupo mexicano en ser parte del ciclo de MTV Unplugged, después de Caifanes y El Tri, sin embargo, su publicación no llegó al mercado hasta una década después de su grabación, por lo que por mucho tiempo la única forma de disfrutar de la presentación era a través del canal MTV o la piratería y todos sabemos que si algo llega a la piratería hay un publico dispuesto a consumirlo, por lo que llega la pregunta ¿por qué tardaron tanto en sacarlo?, una de las respuestas que más se repite es que la disquera no creía que la grabación fuese de la calidad necesaria para salir al mercado, por lo que decidieron guardarlo, otros afirman que era muy pronto en la carrera del grupo para sacar un compilado de temas acústicos, pues previo a este trabajo solamente habían hecho dos álbumes (Café Tacvba, Re) pero haya sido como haya sido es uno de los mejores discos del grupo.

Por meses ‘Los Tacubos’ se decidieron a trabajar para crear un show digno junto a artistas como ‘El Diablo’ (Botellita de Jerez), Luis Franco, Iván Moreno, Alejandro Flores y su llamado gurú Gustavo Santaolalla, quien había producido sus dos álbumes anteriores. Unos meses previos a su presentación, Charly García había hecho su presentación en Miami, Florida, lo cual comenzaba a atraer miradas hacia este nuevo formato en producciones latinas. Luego de arduos ensayos en busca del sonido adecuado para esta presentación en vivo, el 15 mayo de 1995 Café Tacvba se presentó, siendo un éxito total. Entre los detalles interesantes de la presentación, está el fondo, con referencias a muralistas mexicanos, además de la apariencia de Rubén Albarrán, en ese momento con el nombre de Cosme, que además de llevar un curioso peinado, también usa una playera con un estampado de senos femeninos, jugando con los límites de lo que se podía mostrar en la televisión de la época.

Al igual que en el álbum Re, la apertura llega de la mano de una guitarra acústica rasgueada y comienzan los versos de El Aparato, con un puente musical donde el violín brilla sobriamente y un coro que susurra dulce al oído, como una plegaria donde lo que se afirma se encuentra en un matiz de duda y esperanza, con la voz de Albarrán llevándonos por un trabalenguas que confunde y maravilla por igual.

“Ahora no van a zapatear mucho porque… se acostumbra que en los Unplugged esté todo el mundo sentado…” es la introducción a uno de los temas más repetidos y dedicados del grupo, aunque no siempre por razones positivas; La Ingrata integra todos los elementos acústicos de los que se puede valer para darnos una nueva versión del tema que todos conocemos que comienza con la fiesta que terminaría siendo este show tanto para el grupo como para el público.

El Metro llega detrás de una cuenta por parte de la batería, dando paso a una versión del tema que, aunque mantiene la esencia de la versión en estudio, no deja de sorprender por la coherencia que hacen todos los instrumentos en este funk de cotidianeidad capitalina.

“Un día, Chavela Vargas nos dijo que si los volcanes en Latinoamérica están despertando, no veía por que los latinoamericanos no podíamos despertar” es una de las citas más reconocidas del grupo, y en este caso dando paso a Esa Noche, un bolero al más puro estilo de los clásicos, acompañado de un violín y percusiones precisas, además de los coros realizados por los cuatro integrantes del grupo, dando uno de los temas más destacables del álbum.

Con este momentum llega María, aunque internet diga que solo cuenta como María, la protagonista de la canción, camina triste por las calles mientras besa desconocidos, para mí es algo más, hacia el final de la canción hay un verso que podría cambiar toda la historia, me refiero a “mientras ella yace en un cajón”, desde chico tuve la sensación de que se refería al fantasma de una mujer, camina por las calles llena de pena, pero esta solo es la suposición de un joven que tampoco investigó tan a fondo.

El Ciclón es una de las canciones con mayores cambios con respecto a su versión anterior, pues mientras el tema incluido en Re tiene sonidos propios de sintetizador e influencias del hard rock y un marcado rap, esta versión se complejiza al usar el piano y la guitarra para sustituirlos junto con el violín y el contrabajo. El Ciclón se vuelve un tema con el que muchos aprendimos sobre los ciclos de vida en la primaria, de paso haciéndonos dudar sobre Dios en un contundente verso.

“¿Qué sigue mi Quique? – ¿Bar Tacuba? – Gracias”, es la conversación con la que se introduce a uno de los temas más contundentes de la presentación, compuesta por Joselo “que es un borracho”, el tema nos cuenta la decadencia del protagonista, confundiendo un café con un bar, hablamos del mismo que Quique mencionó; Bar Tacuba, que además funciona como carta de presentación para el estilo del grupo.

Me atrevo a decir que el siguiente tema supera a la versión de estudio, y no es tan descabellado considerando la diferencia en vistas que cada uno tiene en YouTube, no hablo de otra canción que El Baile y El Salón, en la que se repite la participación de Santaolalla en la guitarra y que termina por incluir al público en la letra con el ya icónico coro, además del puente lírico, donde toda la atención se la llevan la voz y el violín, tal como sucederá en el siguiente tema.

Las Flores recibe como invitado a Alejandro Flores, el violinista que ya había sorprendido antes, pero ahora brilla por su duelo con Albarrán, además de que los instrumentos en vivo tienen nuevos aires de frescura que en ocasiones se pierden en las versiones de estudio, haciendo que uno no soporte las ganas de cantar, si no es la letra, al menos el puente musical a cargo de la melódica de Meme.

El Puñal y El Corazón llega con aires de tango que conquistan los sentidos, cada uno de los instrumentos complementa la composición, dando ganas de “agarrar pareja y bailar” con ese estilo que no sabemos cómo, pero conocemos a la perfección, esos pasos que huelen a quiosco y esa música que recuerda a película sin color, al menos al principio.

“Échate este… ¿una mañana?” es como llega uno de los homenajes más recordados a una de las voces más prolíficas que ha sido regalo de México al mundo, no me refiero a otro que al grandioso José José, en esta versión el estilo ligero del grupo logra mezclarse perfectamente con un tema que en principio parecía solemne para darle el toque chilango que enamora por su sencillez, pero sorprende por la admiración con la que es interpretado.

Entre aplausos, Albarrán agradece al público, aprovechando la atención para buscar quién ponga casa para continuar con la celebración, para continuar con su tema de cierre; La Chica Banda, el cual mantiene el aire de punk y la potencia que su versión original, llenando el escenario de energía y alegría, evidente en todos los músicos, haciendo que el público también disfrute.

El público vitorea de pie, Café Tacvba se corona como uno de los referentes de música chilanga, como si sus trabajos previos no fueran suficiente para probarlo, aquí lo reafirman, dejando una postal del beso donde solo brilla la picardía propia de la chilanguería y se celebra a uno de los grandes grupos de la música nacional.

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