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Después de haber salvado a la tierra como Ant-Man, Scott Lang trata de mantener una vida más común alejado del peligro, sin embargo eso no es lo que tienen en mente Hope, Hank Pym y peor aún, su hija Cassie quien ahora como adolescente quiere salvar al mundo. Cuando ellos tres crean un artefacto que podría conectarlos al reino cuántico, a pesar de las advertencias de Janet van Dyne, son arrastrados a la fuerza a este donde descubrirán un universo muy diferente al suyo. Lo que no saben es que este lugar es reinado por Kang el Conquistador, un ser que trasciende el espacio-tiempo y quien piensa utilizar la tecnología de Pym para escapar de este mundo y seguir conquistando otros.

Después de que la Fase 4 del UCM estuviera hecha de grandes altibajos, Marvel tenía la tarea de comenzar la siguiente fase con mucha fuerza. Para eso necesitaban poner al frente a la amenaza que sus héroes enfrentarán en la cúspide de esta nueva era del Universo. La película con la que decidieron hacer esto fue con la tercera entrega de Ant-Man.

¿Por qué? Uno quisiera pensar que para darle mayor relevancia y poder a un personaje que ha sido relegado al fondo constantemente, darle la oportunidad de demostrar que está a la altura de los personajes más aclamados del universo. Eso es lo que Ant-Man and the Wasp: Quantumania, que llega esta semana a cines, pudo habernos ofrecido y ojalá que hubiera sido así.

Durante años una de las principales críticas contra el UCM es que algunas de sus entregas no pueden existir por su propia cuenta, están tan conectadas a hechos de pasadas y peor aún, futuras películas que terminan por sentirse como un comercial de lo que está por venir. Es un pecado que en mi opinión todas las películas y series de Marvel cometen, pero a diferentes niveles de gravedad. Algunas son más sutiles y otras son descaradas. Lamentablemente, Quantumania se encuentra en el segundo grupo.

¿Ant-Man? ¿Wasp? No, esta película se trata de Kang, quien ya había hecho una corta aparición en el final de Loki, pero ahora debuta como villano y como dije, se introduce como la principal amenaza de esta fase. El problema no es el acto en sí, sino lo poco bien pensada que está su ejecución. Para empezar no hay ninguna relación natural entre Ant-Man y Kang, no hay ninguna razón real para que Kang sea el villano de esta historia, era obligatorio que lo fuera. Es más, me atrevo a decir que Kang no se eligió como villano para Ant-Man, al contrario, se escogió a Ant-Man como el primer héroe en enfrentarse a Kang.

Y esto me lo confirma el hecho de que Quantumania carece de gran parte de los elementos que caracterizaban a las primeras dos entregas de Ant-Man. Historias de escala pequeña que solo involucraban a personajes cercanos a Scott, Hope y Hank Pym. Tenían una carga de mundanidad, algo que siempre nos recordaba lo comunes que eran estos personajes ante las situaciones extraordinarias en las que se involucraban. Además de los juegos con la magnitud de los objetos, estas películas eran muy inteligentes a la hora de aprovechar las habilidades de sus personajes. Casi nada de esto está presente en Quantumania, ni siquiera un personaje como Luis para darle encanto.

 

Las películas de Ant-Man impactaban en el resto del UCM, pero también tenían una buena historia por su propia cuenta, su propio universo. Pues ya no existe porque Quantumania tira a la basura prácticamente todo lo establecido con estos personajes, al punto en que muchos de ellos ni siquiera aparecen y ni se les menciona. Es extraño que Peyton Reed, director de la trilogía, con tal de llevar a Ant-Man y Wasp a una escala mayor, más impactante, que los pusiera al nivel de los mejores de Marvel, les quitó su esencia. Lo que hizo divertidas a las entregas anteriores ya no está aquí en lo absoluto.

Y cabe mencionar que eos tiene un impacto terrible en el desempeño de su elenco. En las películas anteriores, Paul Rudd, Evangeline Lilly y Michael Douglas e incluso Michelle Pfeiffer habían hecho muy buenos trabajos, pero aquí la pobreza del material apenas y les da para explotar el carisma de los personajes. En lo emocional dan todo lo que pueden y aún así no logran llegar a expresar sentimientos reales.

Pero esto es peor para Kathryn Newton quien apenas se une al elenco como Cassie y el guión no tiene la fuerza para crear una relación solida entre ella y Scott, por eso su interpretación y química con Rudd es apenas y creíble. Aquí la mejor actuación por supuesto es la de Jonathan Majors como Kang, pero el actor pone tanto esfuerzo en su trabajo que se siente demasiado para una película tan mediocre.

En general es notable la pereza con la que Reed y Marvel realizaron la película, la historia es formulaica y segura, todos sabemos desde el inicio a donde va y no hay ninguna sensación de peligro. En aspectos técnicos como el diseño de producción, solo toma elementos prestados de otras películas de ciencia ficción y ópera espacial. En general la fotografía es pobre y los efectos especiales en muchos momentos parecen estar a medio terminar.

Ant-Man and the Wasp: Quantumania es otra prueba de que para Marvel primero está la ganancia y después la calidad del contenido. Una película hecha para promocionar lo que está por venir a futuro, pero si este es el inicio, augura un destino fatal para el UCM. Lástima que con esto destruyeron casi toda oportunidad de redimir (al menos para sus haters) a una serie de películas y personajes que se merecían ser más apreciados. Los fans han tratado mal a Ant-Man porque Marvel ha dado el ejemplo.

Dirección: Peyton Reed
Guión: Jeff Loveness
Elenco: Paul Rudd, Evangeline Lilly, Kathryn Newton, Randall Park, William Jackson Harper, Katy O’Brian, Bill Murray, Michelle Pfeiffer, Michael Douglas y Jonathan Majors.

 

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