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Hoy se estrenó el cuarto episodio de Falcon y el Soldado del Invierno, que si bien había demostrado ser una serie entretenida que a la vez trataba con algunos temas serios, no se sentía consolidada. Hay que aceptar que la serie no había causado la emoción que se espera de un producto de Marvel, hasta ahora, pues fácilmente, el episodio 4 es el mejor de todos.

Partiendo desde donde nos quedamos, parece que la serie no tiene intención de tener una trama convencional, en el sentido que su narrativa es a través de los personajes. Con el paso de los episodios, vamos conociendo más de sus pasados, sus motivaciones y lo que buscan. De esta manera se nos presenta un Bucky buscando la paz, la cual se ve más lejos que nunca ahora que ha perdido a Steve, anhela un futuro como una persona normal, sin embargo los conflictos y las consecuencias de su pasado siempre se ponen en su camino. Sam nos deja saber que siente simpatía por la causa de los Flag Smashers, ya que su lucha tiene el propósito de acabar con la opresión, de la cual él mismo ha sido víctima, sin embargo no está de acuerdo con la forma en que la llevan a cabo.

Justamente algo de lo que no hemos hablado es de los Flag Smashers, y esto se debe a que son de los villanos más planos que el UCM nos ha ofrecido. Sus aparentes ideales son interesantes, pero eso no basta cuando los personajes no tienen rasgos con los que se puedan empatizar. En este cuarto episodio se les da un poco más de desarrollo, en especial a Karli Morgenthau, interpretada por Erin Kellyman, sin embargo aún no se sienten como una amenaza lo suficientemente grande para sentir que hay algo en riesgo.

Zemo por segunda ocasión se roba la atención del episodio y es que no deja de sorprender las capas que tiene este personaje. Hay muchas cosas que nos deja saber, por ejemplo, sus razones por las cuales quiere desaparecer a los súper soldados, ya que piensa que estos podrían transformarse en una ‘raza’ opresora para la humanidad, sin embargo hay cosas que no nos deja conocer, como lo que tiene planeado para lograr su objetivo. Hay buenas razones para odiarlo, pero a la vez su discurso es tan convincente que uno empieza a considerar si no tiene razón, quizá esto tenga que ver con el encanto de Daniel Brühl.

El personaje que sí nos está dando buenas razones para odiarlo es John Walker, el ‘Capitán América’, que en el cierre de este episodio nos dejó ver su lado más despreciable. Quizá él sea la verdadera amenaza a vencer en esta historia, pues si bien sus acciones son aberrantes, el personaje se ha construido de manera que el espectador entienda como llegó a su punto de quiebre. Wyatt Russell sigue siendo espectacular en el papel.

Solo nos quedan dos capítulos de Falcon y el Soldado del Invierno, solo esperemos que siga con esta racha de que cada capítulo es mejor que el anterior y nos ofrezca un cierre que supere toda expectativa.

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