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Un apagado final para la saga mutante.

Han pasado casi 20 años desde que vimos por primera vez a un singular equipo de mutantes en la pantalla grande, y tras muchas aventuras y enfrentamientos contra las fuerzas del mal, están de regreso para una última aventura en X-Men: Dark Phoenix. En esta ocasión, los X-Men tendrán que unir fuerzas con Magneto (Michael Fassbender), para hacerle frente a uno de sus integrantes, Jean Grey (Sophie Turner) o también conocida como Phoenix, ya que después de una misión espacial sus poderes comienzan a salir de control y esto trae una serie de revelaciones que ponen en peligro el futuro de la familia mutante.

Los X-Men han tenido una serie de altas y bajas respecto a su relación con el cine, sus dos primeras entregas, X-Men (2000) y X-Men 2 (2003) son consideradas como pioneras del cine de superhéroes, mientras que X-Men III: La Batalla Final (2006) no estuvo al nivel de sus antecesoras. Después tuvimos el spin-off de Wolverine en X-Men Origins: Wolverine (2009) considerada por muchos como la peor de la saga.

Lo siguiente para la franquicia fue un reboot, que en realidad sería una precuela, que llevó el nombre X-Men: Primera Generación (2011), consiguiendo buena aceptación entre el público y la crítica. Wolverine tendría su segunda oportunidad con The Wolverine (2013), la cual fue una mejora respecto a su primera parte. La buena racha de los mutantes alcanzaba su punto más alto con X-Men: Días del Futuro Pasado (2014), siendo la película mejor calificada de toda la franquicia.

Un personaje más se abriría paso para protagonizar su propia aventura; el mercenario llegó con Deadpool (2016) y Deadpool 2 (2018), que también agradaron, principalmente por la fiel representación del mutante. No obstante las cosas se empezaron a tambalear un poco con la llegada de X-Men: Apocalypse (2016), entregando un resultado que si bien, no era malo, dejaba mucho que desear ante las altas expectativas. Pero, la travesía de James Howlett alcanzaría otro de los puntos más altos para la saga con Logan (2017), consiguiendo una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Guion Adaptado. ¿En qué lugar está el cierre de la saga?

X-Men: Dark Phoenix, es el segundo intento por adaptar la saga del Fénix Oscuro en la pantalla grande, y en esta ocasión la misión cae sobre Simon Kinberg, quien hace su debut en la silla de director, además de que vuelve como guionista, luego de haber escrito las dos entregas previas. Este es uno de los arcos narrativos más aclamados por los fans de los cómics, por lo que la emoción para una redención de esta historia estaba en la mira de todos, y aunque la película no es mala, no está a la altura de lo esperado, en especial si consideramos que esta es la última película que viene de la mano de Fox.

A pesar de que el guion se encarga de cementar buenas bases para la que podría ser una buena historia, el desarrollo se queda un tanto corto, carece de profundidad y nos termina por mostrar un final que en lugar de ser épico, termina por sentirse apresurado y nos deja con un sabor de ‘es sólo un capítulo más dentro de la franquicia’. Aunque tampoco todo está perdido, ya que el ritmo de la cinta es ágil, lo que hace que los 114 minutos que dura, pasen rápido y resulten entretenidos.

El nivel actoral de la cinta es otro de los puntos medianamente rescatables, aunque no es perfecto. James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence y Nicholas Hoult regresan para los personajes de Charles Xavier, Magneto, Mystique y Beast y a pesar de que logran representar de manera convincente a sus personajes, no dejas de tener la sensación de que pudieron explotar más a sus personajes, pero, ese es un problema que viene más del guion.

Algo similar ocurre con Tye Sheridan, quien una vez más da vida a un joven Cyclops, y si bien, aquí tiene un poco más de peso en la trama respecto a la película anterior, sigue siendo insuficiente y más si consideramos que su relación con el personaje central de la cinta es relevante. Alexandra Shipp, Kodi Smit-McPhee y Evan Peters también vuelven en los roles de Storm, Nightcrawler y Quicksilver, aunque están desaprovechados.

No obstante, Sophie Turner logra destacar en su interpretación Jean Grey o Phoenix, logrando crear una versión más interesante del personaje y que tiene suficientes motivaciones para despertar ese lado oscuro. Por su parte también tenemos a Jessica Chastain como la antagonista de la historia, y a pesar de que tiene algunos diálogos interesantes, no logra ser suficientemente poderosa y sus intenciones tampoco son extraordinarias.

Visualmente hay algunas secuencias y tomas que destacan, principalmente al inicio y en el último acto de la película, lo que agrega mayor emoción a la acción. La música de Hans Zimmer es otro acierto de la película, y aunque la banda sonora no es memorable, al menos cumple con aportar distintas emociones a cada una de las escenas de la película.

X-Men: Dark Phoenix está lejos de ser la peor película de la saga, aún así es un final flojo. Hay muchas ideas que pudieron haber explotado para lograr un filme épico y sorprendente, pero sólo se quedan como algo sencillo y del montón. También es entendible que los retrasos que sufrió la película afectaron de cierta forma al resultado final, pero el producto deja mucho que desear. Es una película que cumple con ser palomera, pero nada más.

Título original: Dark Phoenix
Dirección: Simon Kinberg
Guion: Simon Kinberg
Elenco: James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Sophie Turner, Tye Sheridan, Alexandra Shipp, Kodi Smit-McPhee, Evan Peters & Jessica Chastain.

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