23 de septiembre de 2023

Apenas el año pasado tuvimos la oportunidad de disfrutar Top Gun: Maverick de Joseph Kosinski, secuela tardía del filme de 1986 de Tony Scott, del cual fueron especialmente comentadas las virtuosas secuencias de acción, que claro fueron un factor importante para el funcionamiento y recepción entusiasta que tuvo la película. Sin embargo, hay otro aspecto interesante que vale revisar, uno que posiblemente resultará crucial en la trascendencia que tendrá la película dentro de la industria, y es su regreso al modelo clásico del ‘blockbuster’. Uno que no busca ser autoconsciente del estado de la industria actual, que no tiene rupturas narrativas o técnicas, sino que simplemente cuenta una historia con valores absolutos, ordenada en actos cronológicos, donde usualmente el bien se antepone al mal. Esto en lugar de sentirse anticuado, el año pasado se resintió como una bocanada de aire fresco, sobre todo por su afortunada ejecución, dentro de una industria del entretenimiento que se ha dedicado a expandir universos de superhéroes, que se recargan en la referencialidad, y por otro lado, películas cada vez más encaminadas en el postmodernismo, siendo ejemplo de ello la popularidad de Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo, o la reciente Spider-Man: A Través Del Spider-verso.

Top Gun: Maverick planteaba al protagonista interpretado por Tom Cruise, como un viejo modelo de personaje que estaba siendo abandonado. En la película refiriéndose a un personaje contra corriente de las autoridades, pero fuera de la ficción, hablando que ya no hay héroes de acción como antes. Bajo esta idea, nos trasladamos al universo de Indiana Jones. Siendo ésta ya su quinta entrega, a 43 años de En busca del arca perdida, el primer capítulo de la franquicia, después de haber peleado contra nazis, e incluso después de haber experimentado un contacto del tercer tipo, ahora es un hombre viejo y gastado, separado de Marion, quien fuera su compañera en aventuras y su interés amoroso. Ya no es el profesor guapo de la universidad, ni un hombre buscando aventuras, simplemente es alguien resignado y a punto de jubilarse.

 

Durante años había estado en planes hacer una quinta entrega del aventurero y arqueólogo Indiana Jones, lo que en parte se había complicado por la dura recepción de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal en 2008, aparte de complicaciones en la agenda de Spielberg. Sin embargo, el personaje regresa de la mano de un nuevo director, un James Mangold experimentado de la industria, responsable de Logan y Ford v Ferrari. De estas dos películas se trasladan elementos de forma formidable. Primero el aire crepuscular y de envejecimiento de Logan, y de Ford v Ferrari, el dinamismo de generar una carrera automovilística, siguiéndola con una cobertura emocionante de cámara.

En Indiana Jones y el Dial del Destino, no tenemos un personaje buscando una nueva aventura, todo lo contrario, busca evitarla. El punto de partida para arrastrarlo a ella, es primero mostrar un vestigio del pasado, donde peleando contra los nazis, Indy (Harrison Ford) despoja a estos de un mecanismo antiguo, el Dial de Arquímedes, siendo también su encuentro con el científico del régimen, Jürgen Voller (Mads Mikkelsen), donde por el confrontamiento, queda perdido este Dial. Ya en el presente, ambientándonos en 1969, específicamente en el día del alunizaje, cuando Estados Unidos logro poner a un hombre a la Luna, tanto Jürgen, como Helena (Phoebe Waller-Bridge), sobrina de Indy e hija de un científico que lo acompañó en su aventura contra los nazis, están en busca de dicho Dial, que aparentemente tiene un poder excepcional más allá del que se conocía.

 

Indiana Jones y el Dial del Destino es en forma una secuela de la franquicia, se respeta lo que podría considerarse la fórmula de una película de Indiana Jones: se busca un artefacto arqueológico, se visitan regiones lejanas y culturas antiguas, permea un aire clásico de filmes de aventura y espionaje, y toda la búsqueda desemboca en algún acontecimiento sobrenatural. Haciendo de esta nueva entrega un capítulo congruente a la serie, pero a la vez siendo ejemplar de cómo volver a hacer una exploración eficiente de una saga, ya que esta quinta entrega es entretenida, y un paso significativo a la historia del personaje. Haciendo honor al deber-ser de una secuela, hacer una película similar a la anterior, pero que expanda significativamente al personaje y su universo.

En esta entrega se reflexiona de manera genuina sobre el paso del tiempo y la trascendencia del humano, aunque ciertamente ahí también radica la esencia de las historias de Indiana Jones. Empezando porque en esta ocasión, Indy se ve obligado a regresar a la acción, y a través de la búsqueda de este Dial, atravesará una vez más los hallazgos humanos, desde la civilización de los griegos, hasta el hallazgo tecnológico de los viajes al espacio. Aunque en el clímax todavía recorrerá un peldaño más de este progreso científico… Para esta travesía, se verá acompañado de un grupo de personajes secundarios entrañables, interpretados igualmente de manera notable. Empezando por Toby Jones que interpreta a Basil Shaw, su acompañante en su encuentro contra los nazis en el pasado; Jürgen Voller que muestra nuevamente la maestría de Mads Mikkelsen de interpretar personajes siniestros; habiendo por ahí una pequeña pero agradable participación de Antonio Banderas como el marinero Renaldo; y por supuesto Phoebe Waller-Bridge, la genial creadora de la serie de comedia Fleabag, interpretando a Helena, hija de Basil Shaw, y el principal catalizador para Indiana Jones en esta nueva aventura. Particularmente la interpretación de Waller-Bridge aporta a esta nueva entrega, siendo que no es un personaje plagado de virtudes, sino que tiene sus propios intereses, volviendo más complicada e interesante su colaboración con el protagonista.

 

Esta aventura se segmenta en escenarios a través del mundo y en persecuciones. Donde Mangold, el director, muestra no sólo su destreza para secuencias de acción, si no para hacerlo de forma elegante y clásica. Estando en tiempos de John Wick y las películas de acción de Tom Cruise, esta película no se va por el lado de coreografías complicadas o ‘stunts’ reales, sino más bien llevando a las persecuciones a través de locaciones distintas, con distintos vehículos, y más interesante aún, sabiendo agregar el elemento de riesgo. Esto resulta en secuencias de acción que en naturaleza resultan sencillas, al ser un grupo de personajes persiguiendo a otros tratando de arrebatarles algo, pero que son vistosas por sus elementos de producción, y que saben intrigar al espectador al poner elementos palpables en juego. Por supuesto que a esto suma la fotografía de Phendon Papamichael, y la música del infalible John Williams.

Como remate a toda esta experiencia emocionante y de la revelación de misterios, llegamos a la acostumbrada secuencia cumbre de una película de Indiana Jones, que en este caso seguramente es la que ha causado mayor desapruebo por las críticas tempranas de esta película. Aquí deliberadamente se abraza un nivel de fantasía mayor al que estaba manejando el argumento, llegando a algo equiparable a la extrañeza de una Dimensión Desconocida, o incluso algo de los universos de Cloverfield. Ciertamente para quien escribe esto, es un clímax audaz y una gran sorpresa final, y congruente a otros puntos fantásticos a los que ha llegado la franquicia, dejando en claro que el universo de Indiana Jones, es uno que permite la fantasía y la ciencia ficción, lo que a su vez les da mayor dimensión a sus aventuras.

Esta quinta entrega de Indiana Jones se enfrenta a un público distinto al que se enfrentó el personaje en su primer filme por ahí de 1981, uno menos permisivo y más escéptico, por el modo en que ha cambiado el ‘blockbuster’ en todos estos años. Sin embargo, ahí mismo radica su encanto, tal vez no esté al nivel de Top Gun: Maverick, o de las últimas entregas sobresalientes de Misión Imposible, sin embargo es un filme que sí apuesta por un modelo igual de clásico de entretenimiento, por supuesto a uno más similar al que en su tiempo hicieron Steven Spielberg y George Lucas, quienes se mantienen con el crédito de la producción ejecutiva en esta serie. Independientemente de cuál sea su rendimiento con las nuevas audiencias, es una noticia grata que aún pueda haber este tipo de películas comerciales, pero sobre todo, que Indiana Jones se encuentre de vuelta, tal vez no en forma, pero sí en espíritu.

Título original: Indiana Jones and the Dial of Destiny
Dirección: James Mangold
Guion: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, David Koepp
Elenco: Harrison Ford, Phoebe Waller-Bridge, Mads Mikkelsen, Antonio Banderas, Ethann Isidore, John Rhys-Davies, Shaunette Renée Wilson y Toby Jones

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