El pequeño gran héroe de Marvel regresa y lo hace acompañado de una poderosa heroína.

Scott Lang (Paul Rudd) está bajo arresto domiciliario luego de los eventos de Captain America: Civil War. El doctor Hank Pym (Michael Douglas) y su hija Hope Van Dyne (Evangeline Lilly) se encuentran distanciados de él, enfocados en la búsqueda de la antigua Wasp, Janet Van Dyne, quien lleva 30 años perdida en el Reino Cuántico.

Así arranca la nueva aventura de Ant-Man, situándonos en una historia paralela a los eventos de Avengers: Infinity War. El humor de la cinta es el respiro que Kevin Feige recalcó que sería y está muy bien logrado. El balance de comedia y acción es muy similar a la primera cinta; aunque es notoria la ausencia del inventivo Edgar Wright, los guionistas Chris McKenna, Erik Sommers, Andrew Barrer, Gabriel Ferrari y el mismo Rudd cumplen al entregar una historia fresca, divertida y ágil.

El director Peyton Reed da un giro interesante al desarrollo de Lang, que sigue lidiando con ser quien quiere ser, conservando su corazón y espíritu entrañables. Lo conocimos siendo una especie de delincuente buscando la aprobación de todos a su alrededor, aunque para lograrlo debía realizar un robo que paradójicamente lo convertiría en héroe. Ahora, debe unirse a sus mentores con el objetivo de evitar ser los robados esta vez, pues un villano conocido como Ghost (Hannah John-Kamen) y el traficante Sonny Burch (Walton Goggins), buscan hacerse con la tecnología desarrollada por Pym: uno por venganza y sanación, el otro por dinero.

Los motivos de Ghost se encuentran bien definidos. A pesar de no ser una amenaza mundial ni mortal y guiarse por sus intereses, logra poner en aprietos a Ant-Man y Wasp en varias ocasiones, con asombrosos poderes que son una maldición al mismo tiempo.

La mancuerna creada por Lilly y Rudd se siente muy orgánica con diálogos y escenas muy divertidos; es genial verlos en pantalla combatir codo a codo, pues la torpeza de él contrasta con la sobriedad de ella. Las secuencias de acción que nos entregan son de las mejores en todas las cintas de Marvel Studios, pues las coreografías y los efectos especiales se encuentran tan bien trabajados y compaginados, que los poderes de los protagonistas logran lucirse a cada momento. Además, nos entregan una visita al Reino Cuántico que luce impresionante en 3D. Este lugar apunta a ser un elemento muy importante para el futuro de la franquicia.

Puede parecer que la cinta está alejada del MCU, pues funciona a la perfección fuera de él. Pero en realidad se encuentra plagada de pequeños detalles que crecerán y tendrán consecuencias, tal vez más pronto de lo que creemos *cof-Avengers 4-cof*. Aunque su verdadera adición es Wasp, quien demuestra el poderío de las heroínas en este universo con un personaje sólido y creíble.

Al final, es una cinta que entretiene, una muy amena aventura en muchas escalas. Mantiene la frescura de su predecesora, mientras que desarrolla a sus personajes en el camino, algunos más que otros. No pretende ser un gran evento ni tampoco se toma mucho en serio y es justo ahí donde radica la verdadera fortaleza de la historia: demostrar que no hay héroes grandes ni pequeños, que todo depende de uno mismo.

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Título original: Ant-Man and the Wasp
Dirección: Peyton Reed
Guión: Chris McKenna, Erik Sommers, Andrew Barrer, Gabriel Ferrari & Paul Rudd.
Elenco: Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas, Michael Peña, Michelle Pfeiffer, Laurence Fishburne, Hannah John-Kammen, Randall Park, Walton Goggins, David Dastmalchian, T.I. Harris, Judy Greer, Bobby Cannavale & Abby Ryder Fortson.

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