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La semana pasada se estrenaron los primeros tres episodios de la tercera temporada de The Boys y en la reseña anterior apostábamos a que esta sería la mejor entrega de la serie, con más violencia y un discurso más radical. La pregunta es si podría mantener esta promesa con los episodios restantes, ahora que se ha estrenado el cuarto episodio, parece ser que así será.

Desde el momento que empieza el cuarto episodio, nos lanza directo a sufrir con las repercusiones de ciertos eventos del episodio anterior y de ahí en adelante son un montó de situaciones que nos mantiene al filo del asiento esperando lo peor. Pero como es usual, hay momentos de buen humor que alivian la experiencia.

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Lo que resulta más interesante de este episodio es como una vez más está creando paralelos entre el villano y héroe principal, Homelander y Butcher, y como esa línea entre el bueno y el malo se disuelve con cada decisión que toman. Siempre hemos sabido que en esta historia los héroes no son héroes perfectos y que no siempre funcionan como equipo, sin embargo el camino por el que se dirige esta temporada parece que los pondrá más a luchar entre sí que contra sus enemigos.

Así que este episodio de The Boys sigue perfectamente lo que se estableció en los anteriores, los riesgos siguen aumentando, no se puede predecir hacia donde se dirigirá la historia después de algunos giros bastante sorprendentes y los personajes se están enfrentando a sus peores momentos (hasta ahora). Esta temporada de The Boys simplemente es impresionante y apenas estamos a la mitad.

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