Imagina vivir como millonario con los ahorros que has logrado con un trabajo promedio, sin tener que volver a preocuparte por la escasez de recursos. La única condición para vivir en esta utopía: medir 12 cm.

Esta es la premisa del más reciente filme del laureado director Alexander Payne, quien cuenta que nació a partir de una plática entre Jim Taylor, su habitual colaborador en los guiones, y uno de los hermanos de este último. Al mismo tiempo, esta resulta su primer cinta con una historia que se desapega del realismo característico de su filmografía y es también su incursión en el uso de CGI.

El director toma como base de su historia la aparición de una tecnología novedosa que promete ser la solución a los problemas de sobrepoblación y cambio climático. Los Safranek, una pareja de Omaha conformada por Paul (Matt Damon) y Audrey (Kristen Wiig), creen haber encontrado en la «reducción» una forma de librarse de todas sus preocupaciones económicas. Decididos a someterse al peculiar procedimiento, viajan hasta Leisureland, una de las ciudades habitadas por gente pequeña donde tendrán todas las comodidades de los adinerados.

Durante el primer acto, el director nos introduce a la maravilla del mundo pequeño con diversos detalles impresionantes y nos lleva a ser testigos del proceso de reducción con todas la minucias. Pero justo cuando nuestro protagonista llega a esta nueva vida, se pierde un poco de la expectativa creada. Se quedan de lado todas las posibilidades de explotar esta nueva perspectiva, en pos de dar realce a la crítica y sátira social.

Fiel a su estilo, Payne se enfoca en el dramedy para mostrarnos los cambios que la vida de Paul tendrá. Sin embargo, el personaje de Damon nunca logra que nos identifiqurmos con él, es aburrido y su crecimiento para convertirse en una especie de héroe, por momentos llega a parecer fuera de lugar.

La sorpresa la da Hong Chau, interpretando a la refugiada vietnamita Ngoc Lan Tran. Ella es quien brilla y logra muchos de los mejores momentos (a pesar de ser un perdonaje que cae en todos los estereotipos asiáticos), además de darle un giro a la vida de Paul al mostrarle que detrás del muro que protege la pequeña ciudad, la desigualdad no ha cambiado. Es con su integración a la trama que la denuncia y sátira social se vuelven puntos principales en el segundo acto.

Parte del contraste de los lujos y miseria existentes aún, se dan gracias al playboy Dsuan Mirkovic (un Christoph Waltz acertado y divertido) y su compinche Konrad (Udo Kier), quienes se dan la gran vida gracias al contrabando y tratan de mostrarle a Paul los beneficios que la reducción les trajo. Esto llega a lograr un ligero cambio en la visión del protagonista, aunque no llega a ser significativo.

En su último acto, la cinta trata de navegar en el terreno de las cintas apocalípticas, sin lograr llegar a buen puerto.

Sin duda, esta es la obra más ambiciosa de Payne. Muchos de los temas que trata se sienten actuales y relevantes, pero no logra conectar del todo las ideas y líneas narrativas de una forma orgánica. El decantarse por los aspectos más humanos, resta un poco de atención al llamativo elemento de ciencia ficción, que pudo haber sido explotado de una mejor forma.

Al final, la lección aprendida es que sin importar tamaño ni clase social, los problemas y preocupaciones seguirán existiendo, y seguiremos cometiendo errores. Sabiendo esto ahora, ¿te atreverías a probar la pequeña gran vida?

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Título original: Downsizing
Dirección: Alexander Payne
Guión: Alexander Payne & Jim Taylor
Elenco: Matt Damon, Kristen Wiig, Christoph Waltz, Hong Chau, Rolf Lasgård, Alec Baldwin, Jason Sudeikis, Neil Patrick Harris & Laura Dern.

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