Después de años de sufrir de abusos sexuales y ser ignoradas por , las mujeres de una comunidad menonita por fin se atreven a llevar a sus agresores a las autoridades. Cuando el resto de los hombres se va un par de días de la colonia para buscar pagar la fianza de los victimarios, las mujeres se reúnen para discutir que es lo que harán antes de que regresen los hombres: Escapar de la comunidad, quedarse a luchar contra los hombres o perdonarlos como se les ha exigido.

Las películas que hablan sobre la lucha por el respeto a los derechos de las mujeres, en específico centrándose en el abuso sexual, han sido ya catalogadas como películas post #MeToo. Un termino que algunos usan para señalar una tendencia de cine que refleja las preocupaciones de la mujer en la actualidad y que otros usan despectivamente al afirmar que estas películas están hechas con oportunismo. Ambos usos son válidos, pues la calidad de las películas reflejan muchas veces revela si las intenciones del cineasta son honestas.  Y aunque lo sean, para muchos es mejor no darles la oportunidad de demostrarlo, por eso no me sorprende que Ellas Hablan, una de las nominadas al Oscar a Mejor Película, sea la contendiente que menos ruido ha hecho y que se arriesga a pasar desapercibida. Eso sería una lástima, pues el trabajo de Sarah Polley tiene una visión muy especial acerca de estos temas ya tan hablados en el cine moderno.

El título Ellas Hablan engloba literalmente lo que básicamente sucede en la película, un grupo de mujeres que se reúnen para discutir y tomar una difícil decisión, un concepto bastante similar a otras películas como 12 Angry Men, que le permite a Polley usar las voces de sus personajes para explorar diversas perspectivas y ramificaciones sobre un mismo tema. Ellas Hablan comienza con las mujeres de una comunidad menonita discutiendo la importancia de no quedarse calladas ante la violencia que han sufrido repetidamente en su comunidad y buscar una forma de como luchar para que se haga justicia. Polley rápidamente nos muestra que esta discusión no es fácil como una persona que no se encuentran en la misma situación pensaría.

Polley nos muestra que estas mujeres están divididas, cada una piensa de una forma diferente dependiendo de sus creencias o incluso su edad, cada una tiene sus propias razones para defender su punto de vista. Es un debate que va más allá de lo que está bien o está mal, pues su decisión tiene muchas implicaciones en el bienestar de toda la comunidad. Es así como la conversación se deriva a otras cuestiones, de una cuestión moral se convierte en una cuestión religiosa ¿Pueden estas mujeres rechazar su fe con tal de buscar una vida mejor? ¿Valdría la pena? Así mientras más obstáculos se encuentran, se van revelando más y más

Pero el tiempo pasa y estas mujeres tienen que llegar a un acuerdo antes de que los hombres de la comunidad regresen, mientras más se acerca este momento, la presión lleva a estas mujeres a revelar su temor más grande, su verdadero miedo. No son los hombres con los que viven, no es Dios, no es perder su lugar en el cielo, es que desconocen el mundo que se encuentra a fuera del único lugar en el que han vivido todas su vidas. Es aquí donde creo que Ellas Hablan se distancia de sus temas más conocidos para hablarnos de algo mucho más humano, el miedo a lo desconocido.

Así Polley nos confronta con una gran pregunta ¿Puede el miedo a la incertidumbre llevarnos a rechazar la libertad, incluso cuando la opresión es lo certero? ¿Podemos impedir que las próximas generaciones tengan una mejor vida solo porque no pudimos dar el salto a conocer lo desconocido? De aquí parten los momentos más conmovedores de Ellas Hablan, pues es cuando la película nos deja ver que a pesar de que nuestra situación no sea la misma, ese miedo es algo que hemos sentido, pero que al verlo desde el exterior podemos darnos cuenta que al tomar estás decisiones que requieren tanta valentía, se revelan las mejores cualidades de cada persona.

Lo que Polley logra en esta película lo hace en parte gracias a la atmósfera que crea con su paleta de colores desaturada casi al punto del blanco y negro, pues esto nos da una sensación de que no sabemos en que época está sucediendo la historia. Es como si perteneciera a un lugar donde el tiempo no se ha movido y sus habitantes estuvieran atrapados en el pasado, con sus viejas costumbres e ideas. La audiencia se siente sumergida en este entorno y lo confronta igual que sus personajes en lugar de observarlo desde un punto de vista exterior.

Sin embargo el núcleo de Ellas Hablan está en su elenco, por supuesto que teniendo a actrices como Jessie Buckley, Rooney Mara y Claire Foy, sabíamos que iban a dar actuaciones excelentes, pero es que lo que han hecho aquí se siente mucho más personal y con más coraje que otros de sus trabajos. Pero ellas son los nombres más conocidos y por eso vale la pena mencionar a otras actrices como Judith Ivy y Sheila McCarthy que merecen el mismo reconocimiento, al igual que las primerizas como Michelle McLeod y Kate Hallett, que se ponen al mismo nivel. El trabajo de estas mujeres como un conjunto es de lo más poderoso que he visto este año y quizá en muchos años. Y bueno, Ben Whishaw como el único hombre presente llega a tener la actuación más conmovedora del elenco.

Ellas Hablan está lejos de ser una película que se cuelga de un movimiento social para justificar su existencia, pero tampoco es una película que busque ser un estandarte para . Sarah Polley ha creado un llamado a la acción, para las mujeres (aunque aplica para todos) de seguir adelante y buscar lo mejor para si mismas y sus seres cercanos aún cuando el camino es incierto. Pase lo que pase, el curso de la historia habrá cambiado.

Título original: Women Talking
Dirección y guión: Sarah Polley
Elenco: Claire Foy, Rooney Mara, Jessie Buckley, Judith Ivy, Sheila McCarthy, Michelle McLeod, Kate Hallett, Liv McNeil, August Winter, Ben Whishaw y Frances McDormand

 

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