23 de septiembre de 2023
Comparación comic vs serie de "Heartstopper" temporada 2

Comparación comic vs serie de "Heartstopper" temporada 2

Muchas veces, el amor puede ser demasiado complicado, sobre todo cuando eres un adolescente que está atravesando una etapa difícil en el descubrimiento de su sexualidad en un entorno que, aunque ya no es igual al de hace unos 50 años, no deja de ser hostil. Esa es la base con la que la autora Alice Oseman trabajó en todos los tomos, cuentos y novelas cortas que han compuesto el fenómeno de ventas en el que se convirtió Heartstopper, una historia sobre el afecto que floreció entre dos muchachos de mundos aparentemente opuestos.

Y su adaptación de Netflix vino a incrementar su popularidad gracias, en un sentido, a lo bastante cuidada que estuvo la transición entre un lenguaje a otro, la cual corrió a cargo de la misma escritora; y en otro, por lo enternecedoras que resultaron las actuaciones de sus protagonistas, Kit Connor y Joe Locke. Hace unos días, esta serie regresó a conquistar los corazones de los fans con su segunda temporada, la cual tomó como inspiración el tercero de los, hasta ahora, cuatro tomos que han salido del cómic de esta saga (que en total serán seis).

La historia ya dejó atrás la etapa de inicio del romance entre los protagonistas para adentrarnos en el terreno de los obstáculos que tanto ellos como varios secundarios tuvieron que sobrellevar para hacer que sus noviazgos florecieran o se mantuvieran a flote.

Pero la trama también empezó a contemplar conversaciones y problemáticas más profundas que amenazan con explotar la “burbuja” de felicidad en la que todos se encuentran: violencia intrafamiliar por homofobia; enfermedades mentales, como la depresión y la ansiedad; y desórdenes alimenticios. Pero vayamos por partes.

La temporada comienza justamente un día después de donde termina la anterior, con Nick (Kit Connor) contándole a su novio Charlie (Joe Locke) la proeza que logró para su relación y su vida personal: salir del clóset con su mamá.

A partir de ese momento, el tiempo transcurre entre flashbacks alegres y algunos momentos tensos de la vida de cualquier alumno promedio de bachillerato, y se detiene en el planteamiento de una dificultad que, en la historia venidera, tendrá bastante peso: a Charlie últimamente no le está yendo muy bien en la escuela y eso causa fuertes tensiones en su hogar.

Pero el rato no se queda en esta subtrama, sino que nos abre el espectro de otros momentos importantes para los actuantes: por un lado, la aparentemente perfecta relación de las amigas de la pareja, Darcy (Kizzy Edgell) y Tara (Corinna Brown) empieza a tambalearse por algunos baches en el camino; por el otro, los dos mejores amigos de Charlie, Tao (William Gao) y Elle (Yasmin Finney), plantean la posibilidad de confesarle al otro sus verdaderos sentimientos pese al temor de no sentirse correspondidos y de arruinar para siempre su maravillosa amistad.

Y, por último, está una excursión para los alumnos de décimo y onceavo grado de las escuelas Truham y Higgs a París, la cual podría convertirse en un desastre en lugar de una oportunidad para alimentar el amor y la confianza entre las parejas.

Pareciera que el drama de esta historia, hasta el momento, se mantendría en el terreno de cualquier producción romántica juvenil cuya profundidad no sobrepasa la de un chapoteadero, pero que es tan entretenida y palomera que no nos permite saltarnos el siguiente episodio.

Sin embargo, al igual que en sus cómics, Oseman fue incrementando el grado de intensidad en el argumento con cada capítulo, al grado de hacernos ver que ella fue consciente de que casi todo en sus primeros dos tomos y su primera temporada (que los adapta) fue muy color de rosa, aunque vida real no lo es.

Hacia la mitad de la temporada, la historia empieza a tornarse más oscura al indagar un poco más en el pasado de Charlie y en cómo el bullying que vivió por ser obligado a salir del clóset le ha afectado en su salud mental, al igual que la tensa relación que sobrelleva con su madre por su dispersión en la escuela.

Y, a su vez, conocemos otros panoramas de la realidad de personajes como Darcy, quien también tiene una vida familiar bastante complicada, e Isaac, que entra en un conflicto de identidad en un punto del metraje.

Como adaptación, la temporada se alejó bastante de lo lineal que pudimos ver en la primera temporada, a través de cambios que en lugar de transformar el rumbo del material original, simplemente lo enriquecieron y profundizaron.

Oseman tuvo muy presentes las subtramas que abrió en la primera parte de su relato y buscó seguirles dando exposición en este nuevo segmento, lo que para muchos fans de cualquiera de los productos sería algo para agradecer puesto que mantuvo la coherencia y cohesión de su propia invención.

No obstante, la autora no dejó de honrar su propia creación al reinterpretar, casi en su totalidad, las escenas de la historieta en versión live action: tenemos muchos momentos que son prácticamente copias humanizadas de sus dibujos, con diálogos idénticos, salvo en momentos en donde la trama se modificó para dar paso a la ampliación que ella misma generó.

Desafortunadamente, en algunos capítulos se puede llegar a sentir como que la narración se empantana, porque la creadora le dio varias vueltas a un mismo suceso aunque en escenarios y situaciones distintas.

Por ejemplo: los problemas del romance entre Tao y Elle pudieron haberse solucionado, la mayoría de las veces, con una simple charla, pero para efectos dramáticos y de exposición en pantalla eso simplemente no funcionaría, por lo que Oseman decidió dar largas a lo inminente creando situaciones embarazosas para ambos; algunas divertidas, sí, pero otras muy innecesarias.

También hay momentos entre Nick y Charlie que se sienten bastante clichés para la evolución de la trama; sin embargo, éstos sí se compensan con las tensiones que Nick tuvo que vivir al salir del closet con cada una de las personas que más le importaban.

En general, la temporada es bastante disfrutable aunque sigue un ritmo más pausado en comparación de la anterior, y lo más rescatable de todo es que dejó bien plantadas las bases del progreso de la narración, la cual nos mostrará que aunque el amor es fuerte, no lo cura todo, pero siempre hay esperanza hasta en los lugares más sombríos.

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