23 de septiembre de 2023

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería vivir la vida sin alguien a tu alrededor?

De acuerdo con Aristóteles, el ser humano es social por naturaleza, y constantemente se ve ante la necesidad de convivir con otras personas, pues gracias a este proceso de socialización, el ser humano puede relacionarse con autonomía, autorrealización, y autorregulación en una sociedad, pero todo ello es resultado de una dimensión individual, en las cuales cada persona es capaz de descubrir sus cualidades, y poder llegar al proceso de socialización.

De acuerdo a diferentes artículos, una persona aislada no puede desarrollarse como persona, y de ahí surge una necesidad por agruparnos. Esto se ha visto reflejado desde hace años con el nacimiento y crecimiento de las redes sociales, las cuales nos mantienen conectados de alguna forma con las personas que nos rodean, y personas que comparten nuestros intereses.

Pero, también lo cierto es que hay momentos en los que nuestra “bateria social” se agota, y optamos por pasar tiempo con nosotros, tiempo el cual, como se mencionó líneas atrás, nos permite explorar nuestra humanidad, y nos da la oportunidad de conocernos mejor. La realidad es que hoy en día, muchas personas optan por la soledad.

Es bajo esta filosofía que el director Jason Reitman describió una de sus películas más aclamadas:

“La película trata sobre el examen de una filosofía. ¿Qué pasaría si decidieras vivir hub a hub, sin nada, sin nadie?”.

Los aeropuertos pueden ser sitios fascinantes en los que te encuentras con todo tipo de personas y situaciones que pueden servir como inspiración para diferentes historias. O al menos así ocurrió hace más de 20 años, cuando Walter Kirn escribió Up in the Air, durante un nevado invierno en Montana, recordando aviones y pasajeros, los cuales le recordaron a un hombre en concreto: Ryan Bingham.

Kirn se sentó en una cabina de primera clase, y al ser una persona conversadora, quien desea conocer la historia del pasajero de a lado, comenzó a charlar con su compañero de viaje:

Me dijo: “Soy de aquí mismo” y le dije: “¿Qué quieres decir con eso?”. Me dijo: “Bueno, antes tenía un apartamento en Atlanta, pero nunca lo usé. Entonces me compré un trastero, me alojo en hoteles y viajo 300 días al año. Así que aquí es donde estoy y ésta es mi familia”. Señaló a una azafata y dijo: “La conozco. Sé cómo se llama. Sé los nombres de sus hijos”

Años después, esta novela sería encontrada por el director de la cinta, Jason Reitman, quien convencería a su padre, Ivan Reitman, de comprar los derechos cinematográficos del texto para poder llevar la historia a la pantalla grande. Y así fue como en 2009 estrenó Up in the Air o también conocida como Amor Sin Escalas, película que cuenta con la participación de George Clooney, Anna Kendrick, Vera Farmiga, y que fue nominada al Oscar como Mejor Película en la ceremonia del 2010.

Ahora responderé a la pregunta: ¿Quién es Ryan Bingham? Ryan Bingham es un empleado de una consultora estadounidense de Recursos Humanos, la cual ayuda al despido de empleados de diferentes compañías a lo largo del país, evitando que empresarios se encarguen de esta función. Su trabajo es duro, pero, tras la recesión económica del 2008-2009, la empresa para la que trabaja se vuelve indispensable.

Sin embargo, Bingham, interpretado por George Clooney, también da un seminario, en el que pregunta a las personas: ¿Qué llevas en tu mochila? Interrogante que lleva a los asistentes a cuestionarse las relaciones y posesiones con las que cargan en su vida.

Su estilo de vida lo lleva a viajar de manera constante, por lo que es un cliente frecuente de American Airlines, con quienes espera ganar diez millones de viajero frecuente. Pocas veces Ryan asiste a su casa, y cuando lo hace vemos un departamento prácticamente vacío, indicando que Ryan lleva una vida aparentemente simple, y libre de preocupaciones, su mochila está libre de objetos. ¿Miedo al compromiso? Lo cierto es que para Ryan viajar e ir ligero es su estilo de vida, estar en el aire es lo que lo hace sentirse vivo.

Dentro de la película escuchamos la palabra Glocal, lo global se vuelve local. Este es un discurso que escuchamos con la aparición de Natalie Keener, personaje interpretado por Anna Kendrick. ¿La intención detrás de todo ello? Hacer que los empleados pasen menos tiempo volando y más tiempo en compañía de sus familias. Algo que, en los tiempos actuales y retrocediendo a algunos años en el apogeo de la pandemia, no es algo que suene tan lejano.

La realidad es que para Bingham esto es algo que pone a temblar su estilo de vida, ya que al verse obligado a estar en su casa, tiene que modificar muchas cosas que van en contra de su filosofia. Pero, renuente a esta forma de hacer las cosas, decide enfrentar a su jefe, el cual lo pone a cargo del entrenamiento de Keener; es así que Ryan y Natalie se embarcan en un viaje para que ella aprenda cómo funciona el negocio.

Sin embargo, el cambio toca a la puerta de Ryan cuando conoce a Alex (Vera Farmiga), una mujer que al igual que él se encuentra de viaje constantemente, por lo que llama la atención de Ryan, pues sus vidas parecen ser similares, esto lo lleva a tener encuentros constantes con ella en las diferentes ciudades que visita. Pero, lo que parece ser una aventura casual, poco a poco comienza a cambiar, cuando Ryan empieza a sentir algo por Alex.

Entonces, ¿la mochila de Ryan está realmente vacía? Es con estas situaciones que comienza a comprender que esto no es así, y que en realidad su equipaje guarda algunas cosas que se van juntando a lo largo de su viaje. A esto se le suma la boda de su hermana, quién le propone a todos sus invitados una actividad y es tomar fotos de un cartón en el que aparecen ella y su prometido.

Cuando Ryan regresa a casa, todo es extraño para él, a pesar de haber crecido con sus hermanas, las cosas son diferentes, él decidió irse a la primera oportunidad y nunca mirar atrás, por lo que fue considerado como la oveja negra de la familia, persiguiendo sus gratificaciones, mientras que dejaba que sus relaciones se deterioraran con el paso del tiempo.

Pero el cambio una vez más se hace presente cuando Alex acompaña a Ryan a la boda de su hermana, pues el deseo de vivir todo eso que había dejado atrás comienza a aparecer. Muestra de este giro en su filosofía ocurre cuando el prometido de su hermana comienza a cuestionarse si de verdad quiere casarse, y tras una conversación con Ryan, es convencido de que quiere un coopiloto, por lo que la boda prosigue.

Dentro de esta conversación encontramos a Jim (el prometido de Julie, la hermana de Ryan) leyendo The Velveteen Rabbit, de Michael Landon Jr., cuento que relata la historia de un niño que se gana el amor de su padre y de su abuela gracias a un conejo que quiere ser real a través del amor… similar al sentimiento de Ryan hacía Alex.

Es aquí donde entra uno de los que, a mi parecer, es de los mayores aciertos de la película. El espectador puede decidir si los personajes son admirables o detestables, puedes estar de acuerdo o no con sus decisiones, pero lejos de mostrarlos como personas perfectas, demuestra que son humanos, y que lejos de juzgarlos por sus defectos o carencias, se presentan como personajes que están aprendiendo que la vida no es fija, y que a veces, nuestra filosofía de vida puede enfrentarse a cambios, pero eso es algo que nos permite aprender de nosotros mismos.

A pesar de que muchas veces parece que ya es tarde para dar marcha atrás y replantear las decisiones que tomamos, Up in the Air nos demuestra que nunca es tarde para comenzar desde cero y elegir un nuevo camino, en el que, podemos comenzar a aprender y guardar nuevas cosas en nuestro equipaje.

Las prioridades que establecemos ahora pueden acabar definiéndonos en el futuro y puede llegar un momento en que los sacrificios que hagamos en un área nos lleven a una falta de conexión, apego o realización en otra. A lo largo de la película, en sus discursos motivadores, Ryan habla de las “cosas” que nos agobian en la vida, ya sean nuestras relaciones, nuestras posesiones o incluso nuestros deseos. Hace ver al público que “la vida puede ser mejor con los pies sueltos” y no tan atados como para sufrir por ello. Sin embargo, lo que la película deja claro que nunca es tarde para revalorar las cosas que traen consigo la verdadera felicidad. ¿Puede Ryan dejar espacio para una verdadera relación con Alex o con sus hermanas y renunciar a la vida en la carretera para que su mochila pese más, pero siga siendo más feliz como resultado, y quizá sea eso lo que se estaba perdiendo todo este tiempo?

Otro acierto de la película es mostrar con brillantez a personas reales que han sufrido pérdidas reales en sus trabajos y en sus medios de vida, y cómo, aunque es casi imposible superarlo, no podrían seguir adelante sin su responsabilidad para con sus familias o sin el amor que éstas les demuestran en esos duros momentos. En la vida, siempre ayuda tener un buen sistema de apoyo o contar con buenas personas, como la familia, que te motiven para superar los momentos difíciles.

A pesar de tener un equilibrio, también tenemos que aceptar que a veces un poco de compañía no nos viene a mal, y guardar en el equipaje todas esas relaciones, compromisos, y posesiones pueden que hagan pesada nuestra mochila, pero también lo que hay dentro de ella puede ayudarnos a llevar ese peso. Después de todo, como Ryan le dice a Jim en la cinta: “La vida es mejor en compañía”.


Título original: Up in the Air.
Dirección: Jason Reitman.
Guión: Jason Reitman & Sheldon Turner.
Elenco: George Clooney, Vera Farmiga & Anna Kendrick.

 

Dónde ver Amor sin escalas:

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