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Basada en la serie de cómics Warrior Nun Areala de Ben Dunn.

Ava es una adolescente cuadraplégica que ha vivido la mayoría de sus años en un orfanato, luego de morir en misteriosas circunstancias, Ava es devuelta a la vida cuando un artefacto divino es incrustado en su espalda y la elige para ser su nueva portadora y convertirse en la líder de la Orden de la Espada Cruciforme, una organización secreta de monjas que combaten demonios en la tierra. Sin embargo, Ava nunca ha sido creyente y se niega a aceptar su deber, pues ahora que ha recuperado todas las funciones de su cuerpo, ella prefiere vivir en libertad su segunda oportunidad de vida.

Warrior Nun que se traduce literalmente como Monja Guerrera, es un título que te hace pensar en muchas cosas, suena extraño, raro, divertido. Si después lees la sinopsis, suena aún mucho mejor, la idea de monjas entrenadas en artes marciales que cazan demonios es tan ridícula como blasfema, pero tan intrigante que no había forma de no sentir curiosidad por esta serie y ver cómo aprovechaban la locura de la premisa.

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Lamentablemente eso no pasa. Warrior Nun es quizá una de las series más genéricas de Netflix, de principio a fin está inundada de mediocridad, nunca sobresale, pero al menos no se derrumba. Desde el inicio la idea es muy común, una heroína que es forzada a ser una heroína, que huye de sus responsabilidades porque no confía en sí misma. No hay nada nuevo ahí, todos sabemos desde el minuto uno que aunque Ava escapa de su deber, al final regresará a cumplirlo, eso en sí no es un problema, pues con una ejecución excelente, hasta la trama más predecible es emocionante, sin embargo los escritores tratan de ejecutar esta historia como si no supiéramos qué va a pasar y desde este punto separan la trama en dos partes.

Por un lado tenemos la trama interesante, la que sigue a la Orden, que acaban de perder a su líder y deben aceptar que hay una nueva, cada una tiene sus opiniones diferentes al respecto y cada una trata de entender a su manera qué sucedió con la monja guerrera anterior, lo cual las lleva a descubrir poco a poco una conspiración que llega hasta los más altos mandos del Vaticano. Por otro lado está la trama de Ava, en la que está casi totalmente separada de los hechos importantes y  en lugar de eso se la pasa de fiesta con un grupo de amigos que se hospedan en casas de playa vacías. Esta parte es sumamente aburrida, larga, tediosa, repetitiva y por si fuera poco, decidieron que Ava necesitaba narrarnos todo lo que sentía. Como dije, es obvio que Ava se unirá a las monjas eventualmente, lo cual sucede hasta el final del capítulo siete de diez, demasiado tarde.

Entonces, ¿qué decidieron hacer los escritores con el extravagante potencial de esta serie? Tomársela en serio. Pues es notable que su principal interés es enfocarse en los personajes, quizá esa sea su excusa de porqué le toma tanto tiempo a Ava unirse al grupo y además que la acepten, porque todas las monjas están lidiando con sus problemas personales. El gravísimo error que cometen los escritores es que se apoyan totalmente en la exposición para hablarnos de las vidas y los sentimientos de estos personajes. Largos diálogos en los que nos cuentan sus pasados desafortunados, pero nunca vemos ni siquiera un poco de esos eventos ni como les afectan en el presente, los escritores confían en que si se lo dicen directamente al espectador, lo van a creer, pero no es así y por eso es muy difícil conectar con ellas. Aunque con Ava sucede lo contrario, pues con ella si vemos lo que ha sufrido no solo en su presente, sino en su pasado, por lo que la conexión con ella se siente un tanto real y no forzada.

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Aunque el esfuerzo por preocuparse por sus personajes es noble, pero fallido, hay que reconocer el labor de las actrices, Alba Baptista quién interpreta a Ava, llena al personaje de carisma, corazón y algo de torpeza que la vuelve un personaje entrañable que salva a su trama de ser un completo desperdicio de tiempo. El resto de las monjas, interpretadas por Toya Turner, Kristina Tonteri-Young, Lorena Andrea y Olivia Delcán, entregan tan bien sus líneas de exposición, con emociones tan reales que es casi perdonable la pobreza del guion.

Cuando están todas juntas en acción, la serie se encuentra en sus mejores momentos, con las secuencias de acción, la violencia, la química entre ellas, eso es lo que vale la pena y eso es lo que quería ver. Pero esos momentos son una pequeña fracción de toda la temporada, el resto son numerosas subtramas llenas de huecos, incoherencias,  que no se pueden sostener si los personajes no nos explican lo que sucede, de nuevo, usando la exposición. Quizá la peor parte de todo es que confían tanto en que tendrán una segunda parte que el final de esta temporada está terriblemente ejecutado ya que se esfuerzan en que quede abierto, tan abierto que se vuelve poco interesante. Si la llegaran a cancelar, ni siquiera se me ocurriría pensar en que pudo haber sucedido después.

Warrior Nun pudo haber sido una serie muy particular, quizá no extremadamente original, pero al menos muy divertida, y es que ese es su mayor pecado, ser aburrida, pues esta historia que bien se pudo haber contada en seis episodios, se alarga hasta diez y es muy fácil identificar las escenas que están ahí solamente para hacer relleno. Tal vez sea recomendable si no tienes nada más que ver y quieres matar un poco el tiempo.

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Título original: Warrior Nun
Creado por: Simon Barry
Elenco: Alba Baptista, Toya Turner, Lorena Andrea, Kristina Tonteri-Young, Thekla Reuten, Joaquim de Almeida, Sylvia De Fanti, Dimitri Abold, Guiomar Alonso, May Simón Lifschitz, Óscar Foronda, Sinead MacInnes, Melina Matthews, Liam McMahon, Olivia Delcán, Kytková Tomsíková Miroslava, Pedro Aijón, Eva de Noe, Laurent Demianoff, Pedro Rudolphi, Emilio Sakraya, Tristán Ulloa, José Varela, Scheherazade Braithwaite, Jota Castellano, Berta García-Lacht, Kay Headley, Nikol Kollars, James Nield, Carlos Robles, Alberto Ruano & Victor Solé

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