Reseña | ‘Besos, Kitty’ (XO, Kitty)

Kitty Song Covey está lista para vivir otra aventura. Esta vez, la suya. Kitty cree que conoce todo lo que hay que saber sobre el amor, pero pronto se dará cuenta de que las relaciones son mucho más complicadas cuando es su propio corazón el que está en juego. Se escribe una nueva historia de amor cuando Kitty, la joven celestina, se reencuentra con su novio a distancia en la misma escuela de Seúl a la que asistió su difunta madre.

Hace ya unos años que la trilogía de comedias románticas A Todos los Chicos de los que me Enamoré cautivó a la audiencia juvenil de Netflix, estas películas basadas en las novelas homónimas de Jenny Han tenían un grado de frescura que no se había visto en el género en mucho tiempo, en especial los ejemplares que se estrenaban en streaming. Pero una vez acabada la historia de Lara Jean y Peter parecía que ya era hora de decirle adiós a ellos y todos los personajes involucrados. Sin embargo, nadie se esperaba que Han estuviera preparando un spin off que se enfocara en la historia de Kitty, la curiosa hermana de Lara Jean ¿Qué es lo que Han tenía en mente para esta personaje? ¿Qué historia nos podría contar que fuera igual de emocionante que la de las novelas y películas? Pues Besos, Kitty ya está disponible en Netflix y ya entendemos el por qué.

Así como A Todos los Chicos de los que me Enamoré usaba con cierta ironía los clichés más comunes de las comedias románticas, Besos, Kitty también lo hace de vez en cuando, sin embargo para su propio juego narrativo usa varios clichés de K-Drama y hasta fan fiction (Aunque en realidad son extremadamente similares), para que el público tenga una idea de lo que está por venir a lo largo de la historia. En cuanto comienza Besos, Kitty uno cree que ya sabe como va a terminar porque es así como terminan todas las historias de romance, pero lo brillante de esta serie es que a través de numerosos enredos y muchos giros, se va desviando de una trama de romance juvenil convencional.

Muchas series escritas por adultos han tratado de adecuarse a las sensibilidades y actitudes de las infancias y adolescentes, pero terminan por relucir su lejanía o falta de interacción con estas personas. Han y su equipo logran que Besos, Kitty se sienta moderna porque no se fuerzan a tratar de entender a su audiencia, sino que escribe a sus personajes con profundidad y universalidad, para que cualquiera pueda sentir cierta conexión con ellos o simplemente que les agraden bastante. Y así los enredos románticos en los que Han mete a estos personajes resultan tan intrigantes y divisivos, porque cada quien dependiendo de los personajes que prefiera decidirá que relaciones le parecen mejor y sufrirá o se alegrará cuando se cumplan sus predicciones o no.

Pero el material escrito no es nada sin quien lo interprete, y Han encontró a las personas perfectas para tomar sus personajes y que moldeen sus personalidades para hacerlos más carismáticos y empatizables. Es el trabajo de Gia Kim, Minyeong Choi, Sang Heon Lee, Anthony Keyvan y Peter Thurnwald lo que le da tanto encanto a Besos, Kitty, sin embargo el trabajo de este elenco no serviría de mucho sin su pieza central, Anna Cathcart, esta joven actriz que antes ya nos había encariñado con Kitty, pero ahora como la protagonista se enfrentó al reto de ser el centro de atención y vaya que cumple con la tarea. Desde los primeros minutos y hasta el final, Cathcart irradia con su energía y nos conmueve con la sutileza de sus expresiones. Al final serán pocos los que no se sientan casi enamorados de Kitty, pues es una gran personaje en todo sentido.

Besos, Kitty es una serie de romance que sabe mantenerse dentro de lo que ya conocemos y a la vez romper con nuestras expectativas, no es que sea realmente sobresaliente, pero tampoco es conformista. En pocas palabras, es un trabajo bien hecho, lo suficiente para acaparar la atención de su audiencia objetivo y si bien nos va, pronto estaremos viendo la siguiente parte de la historia de Kitty. Por ahora solo queda ver los diez episodios de esta primera temporada una y otra vez.