Reseña | ‘Jigsaw: El juego continúa’

Siete películas seguidas durante siete años, eso conformó a la que se convirtió en la saga de torture porn más conocida del mundo, Saw o El juego del miedo, reconocida primero por su entrañable historia y suspenso, después de algunas entregas fue reconocida por su violencia explícita, con los años se ganó el corazón del público que disfruta de la violencia extrema. Ahora, siete años después de que había llegado el supuesto capítulo final, la saga regresa con uno nuevo de la historia de John Kramer y sus seguidores.

Han pasado diez años desde la muerte de John Kramer, conocido como Jigsaw, su legado como asesino en serie sigue presente, por lo que cuando aparecen cadáveres con la marca de Jigsaw y las pistas apuntan solamente hacia Kramer, comienza la cacería por un hombre muerto.

Los hermanos Spierig dirigen esta nueva entrega que tiene como objetivo revivir la saga con un tono fresco, sin embargo, se queda a medias y no logra completamente su meta.

Uno de los aspectos que destaca es el visual, la fotografía en este caso es superior por mucho a las películas anteriores que seguían la misma estética plana, esta entrega tiene el estilo visual de los hermanos Spierig y es una de las razones por las que se siente como una película fuera de la saga.

Esta película vuelve a cometer uno de los errores más concurridos de la saga, la separación de las tramas y la edición al hacerlo, pues al tener que mantener dos misterios al mismo tiempo, el juego y la investigación, aunque esta vez los cortes no suceden en momentos cruciales, nunca se logra crear un ambiente de tensión general en ambos espacios, en la transición de trama a trama se pierde interés y el suspenso no te atrapa. Algo que ayuda a crear tensión suficiente, es la música, una vez más a manos de Charlie Clouser, hecha a la medida para la película, a más de uno se le debió erizar la piel al escuchar el tema principal.

Los juegos de esta entrega no son extremadamente complicados, casi imposibles de superar como se venía tratando desde hace algunas películas anteriores, los juegos ahora se sienten como los primeros que vimos hechos por John Kramer, simples, pero ingeniosos, hechos para sobrevivir con tan sólo escuchar bien y seguir las reglas. Además, ninguna de estas secuencias intenta imitar la edición que hizo a la trampa de oso un clásico y que los juegos de toda la saga han fallado en superar o llegar a su nivel. Hay violencia explícita, hay gore, sin embargo, no es terriblemente exagerado y su fin ya no es causar diversión, si no causar sufrimiento en el espectador.

Los personajes están un tanto más desarrollados, no son completamente planos, aun así no se logra crear empatía por todos ellos, es difícil verlos como seres humanos y sus muertes no causan mucha emoción en el espectador. Las actuaciones cumplen, el cast hace su trabajo, pero es Tobin Bell quién en su pequeña participación por octava vez como Kramer, sigue siendo una presencia mayor a todos a su alrededor.

Y lo que no podía faltar, el giro final que caracterizó a la saga, en esta película, dista de ser sorprendente, no sería corrector llamarlo predecible, sin embargo, entre tantas pistas, quién logre juntarlas todas, se dará cuenta de hacia donde va la historia. Los fans de la saga sentirán que el giro ya es algo que habíamos visto, se siente usado, la realidad es que parece una combinación de varios giros finales de películas anteriores.

Los hermanos Spierig logran sacar a la saga de muchos de sus errores, pero al usar la misma fórmula para la historia, vuelven a repetir algunos. Una oportunidad perdida para revivir una saga, los fans estarán complacidos, pero con la sensación de que pudo ser mejor, mucho mejor.

Título original: Saw VIII
Dirección: Michael Spierig y Peter Spierig
Guión: Pete Goldfinger y Josh Stolberg
Elenco: Tobin Bell, Mandela Van Peebles, Laura Vandervoort, Brittany Allen, Callum Keith Rennie, Mate Passmore, Hannah Emily Anderson, Josiah Black, Shaquan Lewis, Michael Boisvert, Paul Braunstein y Clé Bennett.